El ritmo frenético, el estrés, la mala alimentación y la ausencia de ejercicio son aspectos muy presentes contra los que luchamos cada día y que ahora, con ayuda de la tecnología, podemos eliminar de nuestras vidas.
Hoy en día, el interés por los asuntos relacionados con la salud y el bienestar ocupa una parte importante de nuestras preocupaciones. Cada vez son más las personas conscientes de la necesidad de llevar una vida saludable, y es que cuidarse está de moda.
Para poder llevar lo que ahora se denomina un estilo de vida saludable, deberíamos cumplir con las 8 horas de sueño recomendadas, hacer 5 comidas sanas al día, realizar al menos 30 minutos de ejercicio y buscar un espacio para la desconexión y el relax, una tarea casi imposible para una persona sin superpoderes.
Para cumplir con algunas de estas rutinas, existen cada vez más productos y servicios dedicados a satisfacer nuestras necesidades ‘wellness’.
La semana pasada se celebraba en Barcelona el salón Piscina & Wellness Barcelona 2017, donde la tecnología y el “Internet de las Cosas” tuvieron un papel muy importante. En la denominada Innovation Zone se podían conocer las últimas aplicaciones tecnológicas para spas y piscinas, entre las que destacaban las que promovían un diagnóstico eficaz de las averías mediante el teléfono móvil y un mantenimiento automatizado, o las aplicaciones que permiten el ahorro energético.
Una de las novedades más destacadas presentadas en la feria fue Zerobody, la experiencia de flotación en seco de Thomas Wellness Group desde donde aseguran que este nuevo producto, “puede aportar un método de alivio de estrés, puesto que la experiencia flotante seca lleva a la persona a una condición que activa sus áreas cerebrales más importantes”.
Los llamados edificios inteligentes también tienen muy en cuenta la preocupación por el wellness, y es por ello que casi todos hacen uso de la tecnología para mejorar el estilo de vida de las personas. Para mejorar la calidad del aire se hace uso de sistemas que se conectan a los edificios inteligentes y que permiten detectar los niveles de monóxido de carbono, las partículas de suspensión, moho y otras series de sustancias poco deseables. Con el agua se están implantando unos sensores que permiten derivar las aguas grises hasta váteres y jardines, guardando el agua de mejor calidad para consumo humano.
De la misma forma que una baja calidad del aire y el agua son perjudiciales para nuestra salud, una iluminación defectuosa también tiene efectos negativos. Otra vez, gracias al uso de sensores, los edificios son capaces de saber qué persona está ocupando cada sala y cuáles son sus preferencias. A través de aplicaciones que permiten a los gestores inmobiliarios recoger información sobre la calidad lumínica pueden hacerse ajustes en tiempo real en función de quien ocupe la oficina.
En nuestro día a día también existen otras opciones como Senssai, una aplicación que nos ayuda a adquirir hábitos saludables. Con ella los usuarios pueden descubrir y compartir aquellos espacios o lugares públicos donde sea posible la práctica del ejercicio físico al aire libre, así como también centros donde relajarse y cuidarse.