Uno de los principales inconvenientes de los dispositivos electrónicos es la gran cantidad de chatarra que pueden generar. Al año, se crean más de 50 millones toneladas de basura electrónica, y según la ONU, en 2050 podrían alcáncese los 120 millones, una cifra que supondría un significante impacto para el medio ambiente. De hecho, que se generen más de 50 millones de toneladas actualmente ya es algo que repercute considerablemente en el cambio climático. Pero, ¿hay forma de acabar con la basura electrónica?
En Europa existen leyes y propuestas que pretenden poner fin a la basura electrónica. O, como mínimo, minimizar su impacto. Sobre todo, de aquellos dispositivos cuya vida útil es considerablemente corta. Hablamos, por supuesto, de móviles, tablets o portátiles, así como de accesorios electrónicos, tales como auriculares o cargadores.
Además de las leyes que prepara la Unión Europea, como la del cargador único, hay una serie de medidas que las compañías pueden realizar para evitar que se generen más residuos económicos. Repasamos las mejores soluciones.
La autoreparación: una solución para poner fin a la basura electrónica
Una importante solución para acabar con la basura electrónica es permitir que el usuario pueda reparar su dispositivo en casa. Esto, sobre todo, es útil para aquellos productos más manejables, como smartphones o tablets, y puede evitar que una persona cambie, por ejemplo, su móvil por uno nuevo, por el simple hecho de que el suyo está con la pantalla rota.
Algunas compañías, como Apple o Samsung, ya cuentan con servicios de autoreparación para evitar que se genere basura electrónica. Ambos fabricantes permiten al usuario adquirir la pieza de reemplazo (por ejemplo, el cristal frontal, la batería) y ofrecen, además, manuales y soluciones para que puedan realizar la reparación en casa. Además, y como el componente dañado también puede ser chatarra electrónica, las compañías cuentan con un servicio en el que compran la pieza estropeada para reciclarla.
Más años de actualizaciones de software
Las actualizaciones de software también puede ser una solución ideal para acabar con la basura electrónica y, por ende, alargar la vida útil del dispositivo. A menudo, sobre todo en Android, los fabricantes apenas ofrecen un par de años de actualizaciones. Por tanto, después de ese tiempo, el dispositivo no recibe nuevas funciones y comienza a perder soporte con las aplicaciones más importantes, obligando al usuario a cambiarse de móvil por uno nuevo.
Alargando el periodo de actualizaciones, como están haciendo fabricantes como Samsung o Google, el smartphone puede durar, sin problema, cuatro años. Sobre todo, si tenemos en cuenta que las actualizaciones de software no solo añaden nuevas características, sino que también pueden mejorar la seguridad del dispositivo, así como el funcionamiento de componentes como la cámara.
El cargador único y la intención de los fabricantes de no incluirlo en la caja
Muchos usuarios se han mostrado en contra de que Apple —y ahora otras compañías— dejen de ofrecer el cargador en la caja. Si bien puede ser un inconveniente para muchos, esta estrategia puede servir de utilidad para acabar con la basura electrónica. Es, de hecho, algo que quiere obligar la Unión Europea.
¿Por qué el hecho de eliminar el cargador en la caja puede ser una solución para acabar con la basura electrónica? Prácticamente, porque el usuario puede reutilizar cargadores que ya tiene en casa, mientras que el hecho de incluir uno nuevo podría hacer que la persona tirara el antiguo. Además, en los planes de la UE también está el prohibir la limitación de carga por parte de las compañías e incluir un puerto único, el USB-C, de forma que cualquier usuario pueda cargar un dispositivo con cualquier otro cargador, independientemente del fabricante.
Nuevos productos con restos de los antiguos para poner fin a la basura electrónica
Tener, por ejemplo, un portátil con un cuerpo con materiales de una generación anterior, también puede ayudar a acabar con la basura electrónica. Es, de hecho, una de las mejores formas de reciclar los productos obsoletos o que ya no se pueden reparar. Esto, además, evita generar nuevos residuos.
Los principales fabricantes ya cuentan con nuevos dispositivos creados con componentes de otras generaciones, y tienen una forma muy útil de conseguir estos materiales: comprándoselos al usuario. Algunas compañías ofrecen una cantidad al propietario a cambio de su dispositivo, para después poder reciclarlo correctamente. Otras, en cambio, permiten la recogida gratuita de dispositivos electrónicos, incluso aquellos que estén en muy mal estado o aunque sean de otras compañías.