Los Juegos Olímpicos de Tokyo usarán sistemas de reconocimiento facial

Los Juegos Olímpicos de Tokyo 2020 introducirán una innovación nunca antes vista en el mundo del deporte. La seguridad no es la única ventaja de esta tecnología.

Anteriores ediciones de los Juegos Olímpicos han encontrado muy difícil de controlar la entrada de personas no validadas, ya que a través del robo de tarjetas identificativas muchos conseguían burlar los controles de seguridad, poniendo en riesgo la integridad de todos los presentes. Por ello, el comité de la organización de los Juegos Olímpicos ha decidido utilizar una herramienta tecnológica de reconocimiento facial.

El sistema, desarrollado por la japonesa NEC Corp, permitirá evitar la entrada de intrusos y reforzará la seguridad del recinto. Los sistemas se ubicarán en las entradas a los recintos deportivos y a las salas de prensa, para confirmar la identidad de periodistas y deportistas, comprobación que se realizará detectando el rostro de la persona, contrastándolo con una base de datos que incluirá identificaciones físicas de entre 300.000 y 400.000 acreditados.

Una herramienta para mejorar la seguridad

A cargo de la aplicación de esta tecnología estará la propia NEC Corp, que ya ha testado su sistema de reconocimiento facial en el aeropuerto japonés de Haneda, donde desde octubre se registran las caras de los pasajeros como medida de seguridad. No es la primera vez que Japón experimenta con esta herramienta en el contexto de los Juegos Olímpicos. En 2016, el centro de información japonés instalado en la delegación olímpica de Japón en Brasil, país de acogida de los últimos juegos, hizo uso de este sistema para garantizar la seguridad del perímetro contra posibles intrusos.

La seguridad no es la única ventaja de esta herramienta. Convencido por los resultados observados hasta la fecha, el comité organizativo de los JJOO espera utilizarlo además para reducir los tiempos de espera en entradas a los recintos. En este aspecto, sin embargo, su eficacia será más limitada, ya que los espectadores no pasarán por este tipo de control de seguridad sino que deberán someterse a la manera tradicional de billetes y registros de mochilas y bolsos en los puntos de entrada.

Sin duda, esta iniciativa significa que la venerada tradición de los Juegos Olímpicos no es inmune al afán innovador que distingue la segunda década del milenio. Al contrario, indica que las nuevas tecnologías pueden ser de gran utilidad en el ámbito del deporte y de los eventos que lo rodean, y es de esperar que los próximos años traigan todavía más descubrimientos.

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