Apple soluciona el problema de rendimiento de los MacBook Pro 2018

Aunque el MacBook Pro no puede ni podrá funcionar a la potencia máxima para la que el Core i9 está diseñado, Apple ha lanzado un parche que arregla las caídas de rendimiento pronunciadas que muchos usuarios estaban denunciando.

Después de una larga espera, Apple por fin ha lanzado una renovación casi completa de la familia de portátiles MacBook Pro. Con ella, el objetivo número uno parecía ser atraer a profesionales de todas las ramas con un nuevo procesador, el Core i9 de Intel, como gran reclamo. Tras años en los que los portátiles estaban abandonados, Apple estaba lanzando el mismo mensaje que con el iMac Pro, «no nos vamos a ninguna parte, y queremos seguir siendo protagonistas en el mercado profesional».

Sin embargo, al poco tiempo llegaron las malas noticias, y se experimentó que, particularmente en los MacBook Pro con procesador Core i9, llamados a superar por mucho a los Core i7 y con un sobrecoste de 480 euros, el rendimiento no sólo no estaba a la altura, sino que con tareas muy exigentes en CPU y GPU las velocidades de reloj bajaban por debajo de la frecuencia base, hecho que les llevaba a rendir en algunos escenarios por debajo del i7 de 2017.

El problema era más grave con unas aplicaciones que con otras, que podían estar mejor o peor optimizadas, pero la realidad es que con una demanda de recursos muy alta, la disipación del MacBook Pro de 15″ no era suficiente para un procesador tan potente, y con un calentamiento tan alto como el del i9, que tiene un comportamiento térmico y energético muy superior al habitual. Por eso mismo, los portátiles gaming, mucho más gruesos y con más ventilación, aunque también pueden tener algún problema, no exhiben bajadas de rendimiento tan acusadas.

Es comprensible que muchos propietarios procedieran a devolver sus equipos, alarmados por un desembolso sin sentido con el que para lograr el máximo rendimiento había. Ante los hechos, Apple no emitió ningún comunicado, pero procedió a hablar con el primer youtuber que expuso el problema en la plataforma de vídeo para conocer su flujo de trabajo exacto y los problemas que se podían estar produciendo. Adobe, compañía desarrolladora de Premiere, el software que estaba usando para editar vídeo (y a lo cual se achacó el mal rendimiento) también contactó con él, y lanzó actualizaciones.

Sin embargo, lo que ha arreglado el problema es una actualización lanzada ayer por Apple en la que se reconocía un bug que hacía que los picos de rendimiento del procesador no fueran duraderos y en muy pocos casos se alcanzara la velocidad turbo, que en el i9 había crecido mucho.

Las primeras pruebas realizadas muestran que el problema grave, el de que el MacBook Pro se aleje tanto del modelo anterior o que rinda mucho más en un congelador que en un entorno corriente, se ha corregido. Pese a esta mejora de la gestión del calor y la energía, el MacBook Pro nunca alcanzará a equipos verdaderamente preparados para disipar el calor generado por el Core i9 a máximo rendimiento. Apple tendría que haber dedicados más recursos, al igual que lo hizo con el iMac Pro, a diseñar un sistema de ventilación que, incluso en un espacio tan reducido para una estación de trabajo como es el del todo en uno, no diera problemas ni por motivos de calor ni de ruidos.

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