Por primera vez en su historia, la superficie lunar ha sido mapeada de forma uniforme. Gracias a este mapa conoceremos en profundidad los 4.500 millones de años que tiene nuestro satélite.
En verano de 1969, el ser humano consiguió pisar por primera vez la superficie de la Luna. Nuestro vecino más cercano en el espacio ha escondido infinidad de misterios a lo largo de los años, pero ahora conseguiremos conocerlo más gracias al primer mapa geológico de la Luna.
Por primera vez se ha mapeado y clasificado de manera uniforme la superficie del satélite en un trabajo elaborado por científicos del USGS, en colaboración con la **NASA y LPI. Este mapa servirá como referencia de cara a las próximas misiones que se realizarán en la Luna. También se convierte en una herramienta muy importante para las futuras generaciones.
Los primeros pasos
Para elaborar estos planos, los científicos utilizaron seis mapas regionales creados durante las primeras exploraciones a la Luna junto a las informaciones actuales que muestran los satélites en órbita.
Gracias a estos datos también se ha desarrollado una descripción unificada de las capas de roca de la Luna. Esto sirvió de ayuda para corregir los datos erróneos con respecto a la información de rocas lunares.
Corey Fortezzo, autor del proyecto, ha explicado que el primer mapa geológico de la Luna «proporciona información vital para nuevos estudios científicos al conectar la exploración de sitios específicos».
Un dato para destacar es que la región ecuatorial de la Luna proviene de las observaciones estéreo recopiladas por la cámara de la misión Selene dirigida por la Agencia de Exploración Aeroespacial de Japón. Los polos norte y sur fueron elaborados por los datos del altímetro del Orbitador Lunar de la NASA.
El resultado de esta investigación es este plano completo que podemos descargar. El primer mapa geológico de la Luna muestra 43 unidades geológicas, tal como ha explicado el equipo de investigación en la 51ª Conferencia de Ciencia Lunar y Planetaria.
En este plano es posible apreciar una amplia gama de colores que representan las unidades geológicas de nuestro satélite en la escala de 1: 5.000.000, o, lo que es lo mismo, 1 milímetro equivale a 5 kilómetros de la realidad.