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Margaret Thatcher y el sector de las telecomunicaciones

La Dama de Hierro fue un personaje controvertido. Uno de esos que dejó huella en su paso por este mundo. Muchos dirán que acabó con el Sistema Nacional de Salud Británico; otros que inició una guerra injusta contra los argentinos en las Malvinas; o que dejó de llevar a cabo inversiones fundamentales en el sistema de transportes de las islas. Algunos otros afirmarán que revitalizó una economía en claro declive; que recuperó el orgullo perdido de las islas británicas; y que fomentó el espíritu emprendedor. Lo único que se puede decir a ciencia cierta es que el paso de Lady Thatcher por la política marcó un antes y un después en el sector de las telecomunicaciones.

El mundo telco no escapó a su influencia, sus ideas y sus políticas. Es más, durante mucho tiempo fue Reino Unido el ejemplo de liberalización, modernización y de profundos cambios en el sector. Margaret Thatcher se caracterizó por su marcada ideología conservadora, no obstante esto no supuso un impedimento para llevar a cabo multitud de cambios a su alrededor. La década de los 70 fue para Europa lo más parecido a la época actual que se ha vivido en los últimos 40 años. Crisis, euroesclerosis, euroescepticismo, cambios estructurales, fin de una era. Todos esas palabras, tan familiares hoy, fueron parte del debate económico en la década en que la Dama de Hierro accedió al poder.

Margaret Thatcher tampoco fue ajena al debate de política económica que surgió tras la Segunda Guerra Mundial y se extendió durante más de 3 décadas, dando lugar a algunas de las escuelas de pensamiento económico más relevantes del pasado siglo. Desde los reformistas de la nueva macroeconomía clásica, que retomaron gran parte de la ideas del pensamiento económico clásico adaptándolo a las nuevas herramientas de análisis de mediados del siglo XX -las expectativas racionales, la microfundamentación de la macro y el uso de la econometría y la teoría de juegos para justificar sus modelos y teorías-; hasta los reestructuradores del pensamiento keynesiano.

Es precisamente el debate en torno a la liberalización, la libre competencia y la desregulación de sectores el que más afectó al sector de las telecomunicaciones y de donde tomó parte de su ideario económico la Dama de Hierro para llevar a cabo profundos cambios estructurales en la economía británica.

Recordaréis que el sector telecomunicaciones era a finales de los 70 un sector principalmente dominado por monopolios nacionales. No obstante, se trata de un sector fundamental para el desarrollo humano a lo largo del siglo XX. Maggie observó, muy acertadamente, que mantener unos privilegios excesivos durante más de 40 ó 50 años no era justo ni para consumidores, ni para inversores, ni para los contribuyentes que ya habían pagado de sobra el precio de las enormes inversiones que tuvieron que llevarse a cabo para que el sector prosperase a lo largo del siglo XX.

El tradicional argumento del monopolio natural que sostenía a finales de los 70 la persistencia de monopolios en el sector había quedado obsoleto, y la incertidumbre existente en torno a un sector nuevo tampoco podía justificar dicho monopolio. Margaret Thatcher no sólo fue justa con el sector en el Reino Unido, dotándolo de una serie de leyes – Telecommunication Act de 1984 – que lo abrieron a nuevos inversores e introdujeron la competencia, sino que removió los cimientos de los antiguos monopolios para lograr gigantes competitivos, que poco a poco fueron abandonando su terreno de juego natural para explorar nuevos campos de juego. Y triunfaron.

Margaret Thatcher puso la primera piedra para la liberalización del sector Telecomunicaciones en Europa y sentó un claro precedente. Los procesos liberalizadores se extendieron a otros países europeos. La privatización del sector; la entrada de nuevos inversores; y la introducción de competencia fueron políticas llevadas a cabo por gobiernos de todo signo y condición a lo largo de Europa. Además, se establecieron los incentivos necesarios para que, años más tarde, podamos afirmar que estamos ante uno de los sectores más innovadores y punteros del mundo.

Las políticas de Margaret Thatcher dejaron huella en muchos sectores. El sector telecomunicaciones supo aprovechar en su momento el impuso liberalizador y la introducción de competencia para modernizarse, innovar y crear más valor y riqueza en sus respectivas economías. Los incentivos establecidos en los 80 fueron el germen para las compañías de telecomunicaciones transnacionales que hoy compiten eficazmente en todo el mundo.

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