Napster

Napster y la tokenización de activos musicales

Sumidos de lleno en el “Crypto Winter”, con la capitalización crypto +60% abajo durante 2022, varios escándalos y bancarrotas acumulados y la confianza del público general en mínimos, no parece el mejor momento para escribir un nuevo post inspirador sobre las infinitas aplicaciones que la Web3 traerá consigo y todas las disrupciones que eso conllevará en los diferentes sectores.

Por eso, un buen punto de partida es analizar qué serie de eventos/desafíos han podido arrastrar a un sector tan prometedor a la situación actual ya que nos servirá de base para introducir el tema de este post, la revolución dentro del negocio de la música y cómo Napster apuesta por la Web3 como catalizador de este proceso.

Obstáculos actuales de la Web3

Según McKinsey, la Web3 se enfrenta a tres principales problemas que, junto con el exceso de liquidez en los mercados de los tres últimos años, han llevado al sector a inflar una burbuja primero y a sufrir las consecuencias de su desvanecimiento después:

  • El principal problema es la escasa regulación y legislación relativa a los activos digitales, con falta de claridad, consistencia y contenido por parte de los principales reguladores mundiales.
  • El segundo problema deriva de la novedad de las tecnologías subyacentes en las que se basa la Web3, que hace imposible la experiencia de usuario óptima que el sector lleva tiempo prometiendo. Interfaces muy complejas, códigos muy rígidos, problemas de escalabilidad y de seguridad hacen que la adopción masiva sea inviable a día de hoy.
  • Por último, la falta de casos de uso con utilidad real es un desafío latente que muy pocas compañías en el sector han conseguido atajar.

Dicho esto, es importante resaltar el flujo continuo de capital que sigue apostando por el sector, con +€26B de inversión VC (Source: Pitchbook) durante 2022, CAGR de +100% en los últimos tres años, y con corporaciones liderando cerca del 50% de las rondas de inversión en un esfuerzo por entender este nuevo paradigma y aumentar sus capacidades de cara a futuro.

Llegados a este punto, y confiando en que se cumpla el famoso “Gartner Hype Cycle” que aplica a toda nueva tecnología, los dos primeros problemas acabarán resolviéndose a medida que la tecnología madure. El principal desafío a resolver será encontrar casos de uso con utilidad real. Aquí es donde entra el negocio de la música y la compañía de la que hablaremos hoy, Napster.

Historia de Napster y la digitalización del negocio de la música

El negocio de la música vivía su pleno apogeo en los años 2000, vendiendo más de 900M de CDs anualmente solo en Estados Unidos, cuando nació Napster y el servicio de “peer-to-peer file sharing” (P2P) que sembraría la semilla de la digitalización de la industria para siempre.

En un momento en el que los consumidores demandaban mayor flexibilidad y creatividad, Napster ofreció a todo el mundo la posibilidad de consumir música de una manera diferente, personalizada y digital. Sin embargo, lo hizo de manera ilegal infringiendo derechos de Copyright, lo que llevo a Napster a cerrar la operativa y poner en venta los activos de la compañía en 2001, solo dos años después de su nacimiento.

Por poner en contexto la (fugaz) popularidad de Napster y la revolución que supuso, en su pico de actividad en 2001 llegó a tener +80M de usuarios registrados en la plataforma, cifra que Spotify no logró superar hasta 2015, casi 10 años después de su nacimiento.

Desde 2001, la marca Napster, arrastrada por sucesivas deudas y multas ha pasado por varias manos. Ha sido adquirida por Roxio (2001), Best Buy (2008), Rhapsody (2011), MelodyVR (2020) y recientemente por un grupo de inversores, entre ellos Hivemind, Algorand y Borderless Capital (2022).

Durante esta trayectoria, Telefónica llega a un acuerdo de comercialización con Rhapsody en 2013 y adquiere una participación minoritaria de la compañía.

A pesar de no conseguir instaurar el modelo P2P, no se puede negar que Napster fue el origen de la digitalización y transformación de la industria. Llevó el negocio de los CDs a decrecer +95% entre 2000 y 2020 y dio lugar al nacimiento de los servicios de streaming musical que han liderado el crecimiento de la industria durante la última década.

¿Traerá la Web3 la próxima revolución en el negocio de la música?

Mientras que los servicios de streaming han sido el motor del sector devolviendo la tendencia alcista en ingresos (+$17B en 2021) con un crecimiento anual por encima del 30% durante los últimos 10 años, este modelo de negocio no ha sido capaz de quitar de en medio a las grandes productoras y sellos musicales, que siguen acumulando una parte muy relevante del pastel.

Como resultado, el sector ha adoptado una dinámica “commodity-driven” durante la última década, compitiendo en precio por captar el grueso de usuarios y dejando de lado a los artistas, pagando una media de $5 por cada 1.000 streams que muchas veces hace inviable ganarse la vida como artista emergente.

A esta dinámica se suma el techo de cuota de mercado al que se están acercando los servicios de streaming, con una cuota por encima del 80% que, según Allied Market Research, conllevará un CAGR ’21-’27 por debajo del 10%.

En esta tesitura, es coherente plantear que el sector está destinado a experimentar la próxima revolución tecnológica que podría venir de la mano de la Web3, devolviendo el sentido de comunidad y conexión a los consumidores y remunerando de manera justa a los artistas.

La tokenización de activos musicales

Por un lado, la desintermediación siempre ha sido el caso de uso por excelencia de la tecnología blockchain desde sus inicios. Por el otro lado, la industria de la música ha sufrido una fuerte “comoditización” al no ser capaz de aligerar la cantidad de intermediarios en su cadena de valor.

La tokenización de activos musicales como canciones o álbumes es una evolución natural que permite automatizar la distribución de utilidades entre los diferentes actores del ecosistema, reduciendo los intermediarios innecesarios y eficientando la cadena de valor.

Así mismo, permite a los fans conectar con sus ídolos de manera inherente facilitando multitud de interacciones en ambos sentidos. De esta manera, el negocio de la música podría virar gradualmente de un modelo de subscripción “comoditizado” con poca interacción hacia un modelo de microtransacciones estructurado en base a la comunidad que permita dinámicas de diferenciación con márgenes más grandes y mejor distribuidos.

The New Napster 3.0

Tras la adquisición por parte de Algorand, se abre para Napster una oportunidad tangible de reinventar de nuevo el negocio de la música incorporando la capa Web3 para traer de vuelta el sentimiento de comunidad y conexión con un modelo de negocio viable y atractivo para los artistas.

Los planes públicos de Napster de cara al lanzamiento de la “Napster Network” pasan por la creación de una plataforma centrada en maximizar la interacción entre fans y artistas, el lanzamiento de una moneda nativa que permita estas microtransacciones y la tokenización de activos musicales para artistas que decidan llegar a sus fans a través de su plataforma.

Desde Telefónica, creemos en el potencial disruptivo de la tokenización en el negocio de la música y ya hemos apostado por Napster en el pasado, haciendo acuerdos comerciales para transferir nuestros servicios musicales a su plataforma en diferentes países.

Dicho esto, Jon Vlassopoulos, actual CEO de Napster y ExGlobal Head of Music de Roblox, tiene por delante el gran reto de medir satisfactoriamente el product-market fit de la propuesta y la madurez de las tecnologías subyacentes para posicionar a Napster como actor principal de esta nueva ola de disrupción.

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