Con tan solo cinco años de edad, este joven estudiante de primaria ha conseguido obtener el Microsoft Certified Professional convirtiéndose en el técnico informático más joven del mundo
Un estudiante de primaria de cinco años, Ayan Qureshi, se ha convertido en el técnico informático más joven del mundo después de superar el examen del gigante de la tecnología. Tras cinco meses de preparación, el niño prodigio de Microsoft ha conseguido obtener el certificado oficial que “valida los conocimientos técnicos de desarrolladores y profesionales de TI a través de exámenes rigurosos, reconocidos por el sector y de eficacia comprobada”.
El padre del joven Ayan, un consultor de TI que trabaja en Londres desde 2009, explicó en una entrevista a la BBC Asian Network, que a pesar de acabar la prueba antes del tiempo estipulado sin mayor dificultad, los responsables de la Universidad de Birmingham City se negaron en un principio a dejar que el joven Ayan participara en dichas pruebas. Pero una llamada a Microsoft explicando la situación permitió que el pequeño pudiera presentarse y demostrar sus conocimientos.
El primer contacto de Ayan con el mundo de la informática fue con tan solo 3 años de edad. Mientras otros niños jugaban con juguetes propios de su edad, Ayan se entretenía jugando con los viejos ordenadores que su padre almacenaba en el laboratorio de programación que tenía en casa. El libre acceso a todo tipo de material informático y la posibilidad de que su padre le explicara de primera mano que era un disco duro o para qué servía una placa base, despertó en el joven un ferviente interés por la computación.
A pesar de que el lenguaje informático o la estructura física de un ordenador puede resultar algo ardua y compleja para la mente de un niño de cinco años, no ha impedido que la excelente capacidad memorística de Ayan junto con las lecciones de su padre hayan permitido superar con éxito el Microsoft Certified Professional tras una intensa preparación de cinco meses.
Hoy en día dispone en su casa de Coventry de su propio laboratorio de computación integrado por una red de ordenadores que el mismo ha construido. Desde entonces, dedica una media de dos horas diarias a seguir aprendiendo sobre sistemas operativos y sobre cómo instalar software. Mientras continua con sus estudios de primaria, el pequeño Ayan espera trabajar algún día en el mundo de las matemáticas y la informática, aunque no descarta poner en marcha su propio centro de TI en Reino Unido, al que tiene intención de llamar E-Valley en clara alusión a Silicon Valley.
Imágenes | BBC