OnePlus, del erróneo hype a las promesas cumplidas

De promesas incumplidas a ofrecer una experiencia de software mejor que la de la mayoría de competidores, a mitad de precio.

Año 2014. OnePlus es una nueva empresa fabricante de smartphones de la que no se sabe nada. Sin embargo, prometen lanzar por menos de 300€ un terminal que por especificaciones, podía codearse de tú a tu con terminales como el Samsung Galaxy S5, el HTC One M8 o el mismísimo iPhone 5S. Sin embargo, la compañía no quería escribir su propia historia, sino que quería vender al usuario que su producto era mejor que el del resto costando un tercio, y ahí la historia comenzó a torcerse.

El OnePlus One llegaba con dos frases como «flagship killer» y «never settle», y ninguna de las dos ha llegado a definirle nunca. En primer lugar, nunca fue competencia de los terminales de gama alta de sus respectivas épocas. La poca honestidad venía a la hora de dar soporte, de integrar unas pantallas o cámaras mucho peores que la de las marcas asentadas. ¿Que por 300€ no había nada mejor? Sí, es cierto, pero el lema era «no conformarse», y la realidad era que la compañía mentía con casi cada promesa, como actualizar en tres meses al nuevo sistema operativo. Además de todo esto, los terminales llegaban con muchos problemas como toques fantasma o manchas amarillentas que nunca llegaron a solucionarse.

El cable rojo de OnePlus le caracteriza como el blanco del iPod a Apple.

Con el OnePlus 2, la historia volvió a repetirse. Aunque ya no hacía falta invitación para adquirir el terminal, la compañía volvía a presumir de ser superior a su competencia, cuando en casi todo volvía a quedar por debajo si se analizaba bien. Además, su comunidad se sintió traicionada, porque eliminaron aspectos como el chip NFC para pagos móviles. Su trato tampoco ha sido el mejor, pues no se actualizará a la penúltima versión de Android, cuando tiene capacidad de sobra para ello.

No ha sido hasta el OnePlus 3, del pasado año, cuando la compañía ha comenzado a cumplir de verdad ciertas promesas. A nivel de hardware, se seguían haciendo grandes sacrificios, como no poner pantalla QHD, pero se comenzó a cumplir con las actualizaciones y a brindar una experiencia que por fin podría justificar conocerse como un aspirante a gama alta. Aspectos como la cámara tampoco han llegado a estar a la altura, pero la experiencia de OnePlus sobre Android es de las mejores que se pueden encontrar, con la excepción de los Google Pixel o los Motorola.

Finalmente, el OnePlus 5T parece ese terminal que ha conseguido acercarse mucho más a su objetivo final, el Samsung Galaxy S8. Parecía que era necesario desembolsar más de 800€ para tener un diseño «sin marcos» y una doble cámara con un buen desenfoque, pero la realidad ha demostrado que se puede tener por 500€, que no es un precio chollo como podría ser 350-400€, pero que tiene una relación calidad precio imbatible. Y se siente así cuando un Samsung Galaxy S8 llega a sentirse lento.

OnePlus continúa sin innovar o aportar un gran valor añadido al mercado, pero ha dejado de ser esa compañía que engaña constantemente al usuario mediante el marketing. Siguen también las filtraciones constantes para obtener publicidad gratis, pero al menos tenemos en nuestras manos un producto más máduro y sobre todo honesto que el que la compañía entregaba en 2014.

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