La empresa de movilidad urbana Lime prepara un sistema para que sus patinetes detecten cuándo un conductor ha bebido más de la cuenta.
La movilidad urbana se ha empezado a transformar radicalmente en los últimos años. Las bicis se han hecho más presentes y han afluido otras opciones de transporte, mayoritariamente eléctricas. Con ellas han surgido nuevas fórmulas para acercar estos vehículos a los usuarios. En lugar de la propiedad se ha adoptado un alquiler ágil, que ha motivado a una gran cantidad de consumidores.
La empresa Lime es uno de los exponentes de estos cambios hacia una movilidad urbana alternativa. Bajo su manto, aglutina a bicicletas, coches compartidos y patinetes. Es quizá este último vehículo por el que más se le conoce en España. Al tener esta posición cabe pensar que la empresa puede ser modelo y ejemplo para otras que inicien su andadura.
Por eso tiene interés que haya decidido crear un sistema para detectar a conductores ebrios. A día de hoy, los patinetes los puede alquilar cualquiera y en cualesquiera condiciones. Solo hay que conectar con la aplicación para identificarse ante el vehículo. Una vez desbloqueado este ya funciona el motor eléctrico y no hay impedimentos para moverse.
Este sistema tiene algunas fallas, claro. Es mucho más ágil porque no implica tener los patinetes centralizados en un local donde sea necesario acudir. Tampoco implica una transacción con un empleado humano ni la firma de un contrato cada vez que se alquile. Sin embargo, esta agilidad impide, por ejemplo, que un empleado compruebe el estado personal de un cliente antes de dejarle el vehículo. Evidentemente, si a una casa de alquiler llega una persona que se tambalea nunca lo dejarán alquilar un coche.
Datos y datos para etiquetar el comportamiento
A medida que la sociedad se transforma, también lo hace el transporte. Lime ha entendido bien esto y ha sido capaz de aprovecharlo. Pero ante sí tiene el reto, como muchas otras empresas que están en este negocio, de resolver estos fallos del modelo ágil. La empresa californiana ha empezado por intentar detectar a los conductores ebrios.
Lo harán midiendo sus movimientos. Los sensores de cada patinete capacitan a la compañía para recoger infinidad de datos del mismo. No solo saben por dónde circula. También saben de qué manera se está circulando, cómo son los movimientos del vehículo.
En esto se ha basado la empresa para preparar un sistema –aún en desarrollo– que identifique los movimientos que hace una persona ebria al llevar un patinete. De esta forma podrán etiquetar estos movimientos cuando corresponda. Y, cuando haya alguien que los realice, el patinete se ralentizará poco a poco hasta pararse. No se podrá conducir de esa forma. Igual que ahora no se puede conducir sin desbloquear el patinete, pues este se frena y se detiene por sí solo.
Imágenes: Lime