Después de los devastadores incendios que se han propagado por todo el continente, Australia enfrenta una nueva emergencia. Con dos diferencias, eso sí. La primera es que afecta solo a la ciudad de Sidney. La segunda, que los investigadores ven en ella una oportunidad científica.
Plantear que la plaga de arañas que existe en Australia en este momento tiene un lado positivo puede parecer una locura. A priori, una invasión de estos animales venenosos no tiene consecuencias buenas para los humanos y sí representa bastante peligro. No en vano, son las arañas más venenosas del mundo.
A pesar de tener un tamaño de entre cinco y ocho centímetros, son letales. Si no se trata su mordedura, en casos extremos, el veneno puede matar a una persona en un día, incluso en 15 minutos.
No obstante, que no cunda el pánico: desde 1981, las Atrax Robustus no han matado a nadie, a pesar de que cada año se registran entre 30 y 40 mordeduras de estos ejemplares.
Un remedio muy eficaz que explica estas cifras
Esto es posible gracias a que Australia lleva décadas implementando un programa de recolección de veneno y elaboración del antídoto. Sus resultados hablan por sí solos: se han salvado miles de vidas con estos métodos.
Los biólogos extraen el veneno de los ejemplares en el laboratorio. Después, lo inyectan en animales inmunes al veneno, generalmente conejos. La toxina de las arañas de «tela de embudo» tiene una particularidad bioquímica: solo afecta de manera letal a insectos y primates -incluyendo a las personas-, pero no a los demás animales. En ellos, su sistema inmunológico fabrica anticuerpos para combatirlo y estos mismos anticuerpos son los que se utilizan para tratar a las personas afectadas.
Una epidemia que ocurre después de un desastre nacional
¿Por qué se habla de «otra emergencia«? Retrocedemos un par de meses, en concreto a septiembre. Los incendios se multiplicaron por todo el país, calcinando millones de hectáreas y acabando con la vida de hasta mil millón de animales. Las imágenes de los bomberos y otros voluntarios tratando de ayudar a los koalas, por ejemplo, se hicieron «trending topic» en las redes.
Meses más tarde, además de su trabajo continuo, la lluvia ha apagado la mayoría de los fuegos.
Condiciones propicias para su propagación
Pero en algunas regiones ha llovido tanto que se han producido inundaciones. Esto, junto al clima húmedo y a los días calurosos, ha provocado que un montón de estas arañas emerjan desde el suelo.
«Si a estos factores ambientales, le sumamos que es la época de apareamiento, en la que los machos buscan a las hembras, tenemos una situación de proliferación. Conviene estar alerta». Así lo han advertido varios expertos del Parque de Reptiles de Australia, en Sidney.
Una petición que llama la atención
En este contexto de alerta, Julie Mendezona, una trabajadora del centro, ha emitido un mensaje impactante. Pide a los ciudadanos de Sidney que si ven una de estas arañas y se ven seguros y capaces de capturarla, lo hagan.
«Sé que suena a locura, porque son peligrosas», apostilla, consciente de sus palabras. Pero también argumenta que si no hay arañas no se puede fabricar el antídoto que puede salvar a las personas que sufren un ataque mortal.
Es por ello que en el vídeo que compartieron en su cuenta de Facebook para alertar de la plaga también aprovechan para explicar cómo atraparlas en un frasco, con la ayuda de un utensilio tan cotidiano como una cuchara. «Una vez dentro no pueden escapar», aseguran y animan a entregárselo.
Es verdad que una epidemia nunca es positiva, pero ésta brinda la posibilidad de aumentar el material con el que después se fabrica el antídoto.
Imágenes: Parque de Reptiles de Australia.
