Cuando jugar a videojuegos se empezó a ver con buenos ojos: el caso de Pokémon GO

Padres y videojuegos han tenido siempre una relación tormentosa. Incluso quienes han jugado en su infancia, adolescencia y edad adulta, ven en el videojuego un ladrón de tiempo que impedirá que sus hijos se relacionen con sus amigos o que saquen buenas notas en clase. Pero siempre hay excepciones y juegos que logran quitarse de encima los tópicos como que los videojuegos son sedentarios y van reñidos con el ejercicio o la socialización. Un ejemplo es Pokémon GO, el título estrella para smartphone que gusta a niños y adultos.

Por si te perdiste la fiebre Pokémon en su día, tras este nombre se esconde una copiosa saga de videojuegos para consolas de Nintendo. Desde los dos primeros juegos de 1996 para Game Boy (Pokémon Rojo y Pokémon Azul), han salido a la venta unos 100 títulos para Game Boy, Game Boy Advance, Nintendo 64, Game Cube, Nintendo DS, Wii, Nintendo 3DS, Wii U y Nintendo Switch. A lo que hay que añadir películas, series animadas, cómics y toda clase de merchandising relacionado con el mundo Pokémon.

Pues bien. En 2016, Nintendo se asoció con Niantic para revitalizar la saga Pokémon en forma de videojuego para iPhone y Android. El propósito del juego era el mismo que los juegos anteriores: encontrar a las criaturas llamadas pokemones y hacerte con ellas para entrenarlas y enfrentarte a otros jugadores en luchas entre pokemones. Pero había una diferencia. En esta ocasión, los pokemones no estaban en un mundo virtual. Estaban en el mundo físico, por lo que tienes que caminar y caminar hasta dar con los pokemones.

Videojuegos que te hacen salir a la calle

Precisamente, el detalle de la geolocalización de los pokemones es lo que convierte a Pokémon GO en un juego de los que pueden gustar a padres y medios de comunicación. Las dos críticas que se le hacen de los videojuegos es que promueven el sedentarismo y el aislamiento. Y en Pokémon GO ocurre lo contrario: tienes que caminar durante horas para dar con un pokémon y, además, puedes interaccionar, física o virtualmente, con otros jugadores.

Disponible en varios idiomas, descargable desde la App Store y desde Google Play y, lo mejor de todo, gratuito (aunque con compras opcionales), Pokémon GO sigue actualizándose con frecuencia y aparece en las listas de juegos móviles más jugados y más descargados. Además, tanto los personajes como la dinámica de Pokémon GO lo convierten en un videojuego ideal para jugar por y con niños. De ahí que haya más buenas críticas que malas.

Con todo, en los primeros meses de su lanzamiento, los medios ya se encargaron de buscar lo malo de Pokémon GO. Primero, que el juego colocaba pokemones en lugares potencialmente peligrosos. Un error que ha sido subsanado posteriormente. Y que el sentido común se encarga de decirnos que no debemos meternos en una instalación aeroportuaria o en el fondo de un lago por muy especial que sea ese pokémon. También aparecieron pokemones en lugares de culto o museos. Algo que se subsanó en sucesivas actualizaciones.

Otra de las críticas que se encargaron de difundir los medios fueron las ocasionales masificaciones de buscadores de pokemones. Algo que, visto desde fuera, puede verse como una situación peligrosa pero que no deja de quedarse en la mera anécdota. Hasta el punto en el que llegó un momento en el que podías ver cazadores de pokemones y medios de comunicación en busca de esos cazadores para entrevistarles.

Pokémon GO es un juego para disfrutar en familia en todas partes

Ventajas de jugar a Pokémon Go en familia

¿Puede Pokémon GO ser un juego para jugar en familia? Está claro que con la excusa de salir a la calle en pos de pokemones, grandes y pequeños pueden compartir ese tiempo. Dando un paseo o haciendo una excursión por su localidad o en lugares cercanos. Además de hacer ejercicio, practicar deporte o ver bonitos paisajes encontrar criaturas pokémon es otro gran aliciente para niños que prefieren quedarse en casa.

Como aplicación en sí misma, apenas ofrece peligros. La app está pensada para jugar de manera individual. Eso sí, se pueden crear equipos con jugadores reales o virtuales. Intercambiar pokemones también es una opción, pero la interacción virtual está muy limitada y no se publica información personal del jugador. O dicho de otra forma, no tiene un chat con el que interaccionar ni una ficha descriptiva que identifique a tu hijo.

Por lo demás, el juego en sí mismo tiene los mismos beneficios que otros videojuegos. Memoria, imaginación, resolución de problemas, fomento de la constancia, aprender a aceptar la frustración cuando pierden o disfrutar de la victoria, etc. Y aunque cada Pokémon GO está pensado para un jugador, podemos acompañarles durante los combates, los intercambios o las búsquedas de nuevos pokemones para su colección.

Otro componente de Pokémon GO es la posibilidad de conocer a otros jugadores en los eventos oficiales y actividades que organizan los responsables del juego. En la página oficial se pueden seguir las actividades por todo el mundo y, en especial, allí donde te encuentres. Una manera de hacer amigos, conocer a otros niños y socializar.

En cuanto a límites a aplicar a Pokémon GO, los habituales asociados al smartphone. Limitar su uso a determinadas franjas horarias, procurar participar con él o interesarse por su actividad, limitar el acceso a las compras integradas, etc. Otra consecuencia de dejar a tus hijos jugar a Pokémon GO es que luego quieran más. Es decir, los cromos o tarjetas de Pokémon, los juegos para consola de la franquicia, y por ende, las consolas para jugarlos, peluches de los personajes, cómics, etc. Pero esa es otra historia.

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