Si has estado buscando trabajo en los últimos meses o has participado en algún proceso de selección, es más que probable que hayas oído hablar de conceptos de moda como hard skills y soft skills. Pues si todavía no estás familiarizado con ello, añade un nuevo concepto, las power skills. Y es que tan importante es tu bagaje formativo como aquellas cualidades que te hacen único. Tanto desde el punto de vista personal como profesional.
En el pasado hemos hablado largo y tendido sobre hard skills y soft skills. Las primeras skills o habilidades tienen que ver con aquello que aprendiste en la universidad o en el centro de formación profesional. Es decir, son aquellos conocimientos que deberías conocer en relación a tu perfil profesional. En cuanto a las soft skills, se trata de cualidades asociadas a tu forma de ser.
Pero en un giro de los acontecimientos, el concepto de soft skills ha dado paso a uno más adecuado para lo que son tus habilidades personales. Las soft skills surgen como contraposición a las hard skills. Pero la palabra soft en inglés tiene connotaciones negativas. ¿Por qué no cambiar habilidades suaves o blandas por habilidades de poder o power skills?
El poder de tus habilidades
Vivimos en una época en la que importa más la percepción de algo que ese algo en sí. O dicho de otra forma, hay que destacar cuanto hacemos o cuanto valemos porque el mero hecho de ser algo o hacer algo carece de importancia. De ahí que debamos potenciar nuestras soft skills, en adelante power skills, dándoles un nombre con más punch, como se dice en el argot marketiniano que tanto ha calado en el mundo de los negocios.
En parte, este cambio de nombre se debe a la cada vez mayor importancia que se le da a unas habilidades que, aunque se pueden aprender, muchos llevamos dentro por defecto. Y, además, sirven para toda clase de puestos de trabajo, categorías laborales o sectores empresariales. De ahí la importancia de destacar nuestras habilidades de poder en el currículum como un pilar clave para demostrar lo imprescindibles que somos para cualquier empresa que se precie.
Salud mental, autocontrol, resiliencia, habilidades sociales… Las habilidades de poder nos hacen ser lo que somos, en gran parte, como seres humanos. Hay quien tiene dotes comunicativas que utiliza en su día a día y que, en cualquier puesto profesional, lo convertiría en un empleado único. Lo mismo ocurre con otras power skills que nos permiten lidiar con situaciones conflictivas, estrés, plazos de entrega cortos, conflictos de intereses, etc. No todo el mundo sabe apagar un incendio en su equipo de trabajo o hacer que todos remen en la misma dirección. Estas habilidades muchas veces se cultivan en la infancia y se pueden aprovechar en cualquier situación, personal o profesional.
Las power skills más demandadas
Las academias, universidades y demás centros de educación superior dan las herramientas para ser un buen contable, un buen informático o un buen abogado. Pero, ¿dónde se crea un buen líder, un buen coordinador de equipo o alguien que sepa transmitir ideas y proyectos con pasión y entereza? Aunque hay entidades educativas que se promocionan como cuna de líderes, las power skills difícilmente se aprenden en una aula. Se pueden cultivar, entrenar y mejorar, pero en la mayoría de los casos, se tienen o no se tienen.
Con todo, las empresas cada vez están más concienciadas con este tipo de habilidades. Y además de buscarlas en nuevos candidatos, procuran que sus actuales empleados las adopten, potencien o aprendan mediante cursos o formación especializada. De igual manera que cualquiera puede reciclarse y adquirir nuevos conocimientos para ascender o cambiar de puesto dentro de su mismo lugar de trabajo, también es posible potenciar power skills a través de talleres o actividades prácticas.
Yendo al grano, son varias las habilidades de poder que buscan las empresas. Algo que en el pasado se tenía en cuenta en ocasiones y/o en menor grado, hoy supone la diferencia entre contratar a dos perfiles idénticos académicamente. Pero lo que buscan hoy en día los reclutadores es, ¿qué marcará la diferencia entre dos profesionales sobradamente preparados? ¿Cuál lidiará mejor con la presión o con un equipo desorganizado? ¿Cuál será capaz de comunicar a clientes el trabajo de sus compañeros?
Estas son algunas de las power skills más demandadas:
- Resolución de conflictos
- Toma de decisiones
- Pensamiento crítico
- Inteligencia emocional y/o resiliencia
- Gestión del tiempo
- Gestión de equipos
- Comunicación efectiva
- Trabajo en equipo
- Adaptación al cambio
- Aprendizaje constante
Claro está que no todas estas habilidades de poder se aplican a todos los puestos de una empresa. Depende de las atribuciones y responsabilidades delegadas a cada profesional que se le exija resolver determinados conflictos o tareas de manera independiente. ¿De qué sirve que alguien sepa gestionar equipos o trabajar en equipo si va a trabajar solo? ¿O para qué saber resolver conflictos o tomar decisiones si sus tareas están ligadas a un superior directo?
Otro de los problemas intrínsecos de las power skills es que son temidas por algunas empresas con una cultura clásica o rígida. Muchas de las habilidades de poder están relacionadas con perfiles independientes, que pueden tomar decisiones por sí mismos y que pueden trabajar de forma autónoma constantemente. En función del puesto de empleo o del organigrama de cada empresa, puede que estos perfiles choquen con esa cultura poco maleable.
Sea como fuere, además de tu formación superior (o hard skills), años de experiencia, idiomas y otros conocimientos adquiridos, en adelante también deberás demostrar tus dotes como comunicador, gestor de equipos, tu capacidad de lidiar con problemas y de improvisar, tu predisposición para trabajar en equipo, o incluso para gestionarlos, etc. Las power skills al poder.