El silicio es uno de los materiales más importantes para fabricar microchips. El principal motivo es su buena conductividad eléctrica. Pero producir silicio tiene consecuencias. Contamina. Así que si aspiramos a obtener chips sostenibles, conviene obtener esta materia prima de maneras más respetuosas con el medio ambiente.
A eso hay que añadir que, por el momento, no hay una alternativa seria. Así que, por ahora, el silicio seguirá siendo una materia prima muy demandada. Especialmente porque los chips son un componente que hoy encontramos en prácticamente cualquier aparato, dispositivo o vehículo de nueva generación. Cuanto menor sea el impacto de su extracción y/o fabricación, menos daño haremos al planeta.
Pero en la Universidad de Ciencia y Tecnología de Noruega tal vez hayan encontrado una respuesta. Un método para producir silicio de manera más sostenible. Chips sostenibles para abrirnos camino hacia un futuro menos contaminante.
Noruega y su responsabilidad con el medio ambiente
Aunque Noruega tiene grandes extensiones de naturaleza prácticamente virgen y tiene atractivos turísticos como sus impresionantes fiordos, este país es el principal productor de aluminio y silicio de Europa. A lo que hay que añadir que es uno de los principales exportadores mundiales de gas natural y petróleo.
Pero volviendo a la industrial del metal noruega, ésta es responsable del 10% de las emisiones de CO2 del país. Es decir, que extraer, producir y/o trabajar con silicio tiene consecuencias para el planeta. ¿Cómo ponerle remedio? Ahí entra el trabajo de la NTNU, por sus siglas, la Universidad de Ciencia y Tecnología de Noruega. Recientemente han patentado un método para producir silicio que hará posible la fabricación de chips sostenibles.
Un método industrial que elimina prácticamente al completo las emisiones directas de CO2. Y de otro componente igual o más dañino, el NOx. Precisamente, aunque estamos enfocados a reducir las emisiones a la atmósfera de CO2 a nivel global, el NOx, u óxidos de nitrógeno, tiene también un impacto negativo, especialmente en el ser humano y demás seres vivos.
Producir silicio con métodos más sostenibles
El proceso patentado se conoce como SisAI. Y tiene su propia página web oficial. En sus propias palabras, se trata de producir silicio con bajo impacto ambiental a partir de materias primas secundarias como es el aluminio o el propio silicio. Y para comprender el impacto que podría tener este descubrimiento, en el programa piloto para llevar adelante este nuevo método están implicados 22 actores, entre empresas y otros organismos, de 9 países diferentes.
Actualmente, el método empleado para producir silicio es el proceso carbotérmico de horno de arco sumergido. La alternativa que se plantea es más sostenible tanto medioambiental como económicamente. El motivo es que se reduce el impacto que tiene el cuarzo en el proceso empleando otras materias primas como el aluminio en vez de los reductores de carbono actuales. Es decir, que el CO2 generado actualmente al producir silicio se genera al reaccionar el cuarzo con el carbono. Si en vez de carbono empleamos aluminio como agente reductor, reduciremos las emisiones de CO2.
Además de ayudar a fabricar chips sostenibles o cualquier otro componente con menor impacto en el medio ambiente, el proceso resulta ser económicamente viable. Tanto en costes directos como en la energía necesaria. Es decir, que una vez implementado, podría tranquilamente facilitar la producción de silicio a escala industrial.
Y todavía hay más motivos para cambiar de método. El proceso SisAI emplea desechos de aluminio. Es decir, no necesita reservar esta materia prima para su uso. Basta con aprovechar con el aluminio desechado de otras industrias como la fabricación de envases alimentarios. Y, a su vez, el propio proceso SisAI genera residuos en forma de óxido de calcio y óxido de aluminio que necesita la industria siderúrgica.
Europa como potencia autosuficiente de chips sostenibles
Decíamos que en el proyecto están implicados 22 actores de 9 países diferentes. Todos tienen sus papeles asignados con un objetivo común: hacer realidad este método para implementarlo en la industria del metal y producir silicio sostenible en los próximos años. Y para ello, se están realizando docenas de pruebas piloto en diferentes espacios. Destaca el centro piloto de Elkem en Fiskaa, Noruega, o Fundiciones Rey en España. Y también se están realizando pruebas en instalaciones de Sudáfrica.
La importancia de este método SisAI para producir silicio, principal ingrediente de futuros chips sostenibles, está también en este aspecto. Los chips son ya una pieza clave en toda clase de dispositivos, aparatos y productos que se fabrican o diseñan en Europa. Pero los chips en sí se importan de otros países como China o Taiwán. Y en cuanto al silicio, actualmente, se producen 12 millones de toneladas de silicio en todo el mundo, pero Europa produce menos de la mitad de lo que necesita para su propia industria.
Así que si Europa quiere ser autosuficiente en este sentido, tiene que controlar todos los procesos de la fabricación de chips. Y un primer paso es obtener la materia prima por sí mismos. Y a poder ser, mediante métodos como SisAI que reduce su impacto ambiental y sigue siendo económico y accesible a la industria del metal de toda Europa.
