¿Qué implica el ‘streaming’ en nuestra forma de ver la televisión?

El *streaming* o retransmisión en directo o en continuo ha traído consigo muchas cosas buenas, entre ellas: nuevos géneros, más contenido y la posibilidad de consumir éxitos locales. Con todo esto nos preguntamos: ¿está cambiando la forma de consumir y producir? La respuesta es sí, pero nos encanta. A continuación, te explicamos el porqué.

Cuando hablamos de servicios de streaming muchas veces pensamos únicamente en televisión, sin embargo, la industria musical también se ha visto alterada por esta nueva forma de consumo. Mientras que en la producción televisiva muchos se cuestionan si la retransmisión en continuo es positiva al cien por cien, en la música no hay duda.

Gracias a aplicaciones como Spotify, referente en el sector, los ingresos se han visto aumentados de forma progresiva. Según los expertos, en 2018 la industria discográfica alcanzó un beneficio de 19.100 millones de dólares a nivel mundial.

La música ha ganado, pero, ¿qué ocurre con la televisión? La llegada del streaming ha dado lugar a otro concepto: el binge-watching o consumir en maratón. Antes veíamos las series de forma semanal, un capítulo todos los lunes a las diez de la noche. Sofá, manta y televisión. Ahora, es muy difícil no caer en la tentación de darse un atracón de seis capítulos seguidos. Si eres de esos, estás practicando binge-watching. Esto llegaba en el año 2015, cuando plataformas como Netflix o Movistar comenzaron a tener peso entre los espectadores.

Esta forma de consumo ha permitido crear mucho contenido diferente

Aunque algunos afirman que ver las series de una estacada, sin ni siquiera levantarte para ir al baño, puede potenciar la homogenización del mercado, se ha demostrado todo lo contrario. Netflix afirma que ya no hace series para todo el mundo, sino que hace que todo el mundo pueda tener una serie. Hace años parecía imposible poder ver en una misma plataforma un producto de ciencia ficción como Stranger things o una sitcom irlandesa cruda y realista como Derry girls.

Muchos espectadores agradecen el fin de la emisión periódica y la posibilidad de decidir cómo consumir una serie. Y algunas productoras también, pues esto permite crear contenido más compacto, pocos capítulos y muchas temporadas, lo que se traduce en menos inversión y más ingresos.

Parece que todos ganamos, pero la verdadera pregunta es: ¿seguirán las plataformas ofreciéndonos esta opción?

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