Las cintas de correr llevan teniendo éxito mucho tiempo y, ahora en época de confinamiento, sus ventas se han disparado. Junto al modelo clásico han aparecido las cintas de correr magnéticas.
Hasta ahora, si no podíamos salir a entrenar al aire libre nuestra primera opción era subirnos a las cintas de correr del gimnasio y ponerlas en marcha pulsando algunos botones. Velocidad 9, pendiente 1,5 y ¡a correr!
Sin embargo, con la revolución de las cintas de correr magnéticas las reglas del juego han cambiado. Con este tipo de máquina todo el trabajo lo hace nuestro cuerpo, sin necesidad de indicar la velocidad o la pendiente a la que queremos entrenar.
¿Cómo funcionan?
Antes de nada, hemos de saber que este tipo de cinta no cuenta con motor. Esta es la principal diferencia respecto a la cinta de correr convencional. Sabiendo esto, entendemos que tu principal pregunta sea: ¿y entonces cómo se pone en marcha?
Para empezar, tendremos que activar la inclinación y, una vez que tengamos la pendiente deseada, nos subiremos sobre ella y comenzaremos a caminar. Así, propulsaremos la rueda de inercia con la que cuenta y la banda se irá deslizando poco a poco. Cuanto más rápido andemos, más rápido se deslizará la cinta.
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¿Por qué están triunfando?
Siendo simplistas, el principal motivo es los buenos resultados que se obtienen con ella, pues el movimiento que generamos en la cinta depende completamente de nosotros. Así, el esfuerzo que tenemos que realizar es mayor y los músculos trabajan con mayor intensidad.
De esta manera, son ideales para tonificar todo el cuerpo, siempre que sigamos una dieta óptima y realicemos ejercicio de forma constante.
Además, si tu presupuesto está ajustado, las cintas manuales son la alternativa perfecta, pues resultan mucho más económicas que las eléctricas, ya que muchas de estas superan los 500€, y las magnéticas pueden adquirirse entre 100 y 200€.
Desventajas de las cintas manuales
A pesar de que pueda parecer positivo que exijan más esfuerzo en la actividad, para personas con problemas de corazón, por ejemplo, es mucho más recomendable una motorizada.
Asimismo, dada la resistencia que opone la banda, son idóneas para entrenar la resistencia, pero no suelen ser aconsejables para trabajar la velocidad de carrera. Por lo que si tu objetivo es correr a gran velocidad lo mejor es optar por una cinta con motor.
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