La aplicación de la realidad aumentada reduce los tiempos de fabricación, aumentando la rentabilidad, la eficiencia y la sostenibilidad del sector. La experimentación digital permite optimizar el diseño industrial.
Las innovaciones tecnológicas son un elemento característico del sector industrial. Las fábricas se están adaptando a los nuevos tiempos implantando planes de transformación digital. La realidad aumentada es una de las herramientas que van ganando protagonismo.
La competencia del mercado global impulsa a las compañías a adoptar políticas de innovación tecnológica para seguir siendo competitivas. La ola de cambio generacional en sus plantillas es un marco oportuno para ello. En este contexto, el sector industrial está implantando técnicas de realidad aumentada para optimizar sus procesos.
A diferencia de la realidad virtual, que nos sumerge en un escenario distinto al existente, la realidad aumentada aporta información añadida a un espacio real, es decir, agrega elementos virtuales al entorno. ¿Cómo se lleva a cabo? Con dispositivos de realidad aumentada como gafas, tablets o smartphones.
La aplicación de la realidad aumentada reduce los tiempos de fabricación, aumentando la rentabilidad, la eficiencia y la sostenibilidad del sector. La experimentación digital permite optimizar el diseño industrial mediante la simulación de los procesos, la realización de pruebas y la puesta en marcha de cambios previos a la implementación de los diseños definitivos.
Es importante tener en cuenta que la aplicación de las tecnologías inmersivas favorece un aprendizaje mental y locomotriz más efectivo. De ahí su potencial como método de formación y entrenamiento de trabajadores, sin asumir el riesgo y el coste que supone hacerlo directamente en los procesos de fabricación final.
Además, la posibilidad de decirle a una máquina que ensamble una pieza en un sitio concreto y de una forma determinada proporciona una mayor eficiencia en los procesos de montaje de componentes.
La realidad aumentada también se aplica en operaciones de mantenimiento, mediante la visualización de las instalaciones con información añadida sobre su estado. Del mismo modo, la reparación de averías con manuales de apoyo digitales disminuye los tiempos de espera, con el consiguiente ahorro en tiempo y recursos.
Sin olvidarnos de la ayuda al control de calidad mediante la visualización superpuesta de componentes y favorece la seguridad laboral, pues contribuye a la prevención de accidentes y lesiones entre el personal, además de ofrecer información decisiva en situaciones de emergencia.
La digitalización de la economía es un hecho. Cada vez es más difícil encontrar sectores que no inviertan en innovación. La evolución de esta tecnología será fundamental para que se vaya extendiendo entre las empresas. El perfeccionamiento de los sensores de orientación será uno de los elementos decisivos.
IDC prevé que el gasto mundial en productos de realidad virtual y aumentada alcance los 27.000 millones de dólares en 2018. Estas tecnologías inmersivas constituyen un paso importante en el camino hacia la generalización de fábricas inteligentes, con conexiones entre máquinas, datos y personas.
La implantación de las técnicas disruptivas de realidad aumentada está destinada a ser uno de los pilares de la Industria 4.0.