Un equipo de científicos de la Michigan State University desarrolla un sistema de reconocimiento facial de primates que permite clasificarlos con alta precisión.
Existen más de 500 especies de primates en el planeta, y una parte considerable de ellas se encuentra en peligro de extinción. Las últimas estimaciones, aportadas por un estudio publicado el pasado año en Science Advances, fijan en un 60% las especies en peligro.
Las labores conservacionistas son, por tanto, sumamente importantes para frenar la tendencia. Normalmente, estas se basan en la identificación de los ejemplares, mediante un dispositivo rastreador. Sin embargo, tal vez en el futuro sea posible prescindir de estos dispositivos.
Un equipo de científicos de la Michigan State University ha desarrollado un algoritmo de reconocimiento facial de primates. Su objetivo es sustituir a los dispositivos que se usan normalmente para el etiquetado. Y es que, según apuntan los investigadores, estos métodos pueden costar entre 400 y 4.000 dólares. Además, pueden causar heridas en animales y provocarles estrés.
Su sistema, al que han llamado PrimNet, trata de hacer la misma función mediante reconocimiento facial. Los investigadores han generado una base de datos, empezando por tres especies de primates (chimpancés, lémures y monos dorados). Han tomado cientos de fotos de estos animales en libertad y han volcado los datos a una red neuronal.
Así, la plataforma de inteligencia artificial aprende a reconocer individuos. A partir de ahí, se ha creado una aplicación destinada a los conservacionistas que trabajan con primates. Estos solo tienen que hacer una foto a un ejemplar y subirlo a la aplicación. El sistema encuentra, con un 90% de precisión, al individuo. O, si no, muestra cinco posibles identidades.
Múltiples posibilidades del reconocimiento facial
El reconocimiento facial de primates supone una aplicación novedosa de una tecnología con múltiples posibilidades. Esta no solo ha pasado a los dispositivos de consumo, a través de smartphones y ordenadores. También ha sido fuente de experimentos en campos diversos.
En medicina ya se está experimentando con la posibilidad de emitir un diagnóstico basado en reconocimiento facial. Dicen que la cara es el reflejo del alma, y un equipo de científicos australianos asegura que también es un mapa de nuestra salud. Al menos para el algoritmo que pueda leerlo. La tecnología que ha desarrollado es capaz de asociar un diagnóstico a una persona solo con estudiar su rostro.
En la línea de esta investigación, la marca de coches Subaru ha desarrollado un sistema que permite reconocer la fatiga en el conductor mediante reconocimiento facial. Es parte del módulo de asistencia a la conducción y también sabe distinguir cuándo la persona al volante está distraída.
Evidentemente, existen usos menos experimentales y más introducidos en la sociedad. Países como Japón ya emplean el reconocimiento facial para mejorar la eficiencia de los procesos migratorios en los aeropuertos.
Imágenes: lhirlimann, BZD1
