Recytube: ¿sabías que es posible reciclar plástico con nanomateriales?

La nanotecnología está dando mucho de que hablar por el auge de sus aplicaciones en los diversos campos de la ciencia y la tecnología. La búsqueda de soluciones y el estudio del comportamiento de la materia en la escala nanométrica está arrojando resultados sorprendentes, tanto en la búsqueda de nuevos materiales como en la exploración de nuevas soluciones tecnológicas.

Campos como la medicina, las telecomunicaciones, la construcción, la robótica o los materiales, están generando un gran abanico de posibilidades de desarrollo a corto plazo, con el fin de intentar optimizar al máximo las prestaciones con una reducción considerable de los costes y de una forma sostenible para el medio ambiente. En esta línea se enmarca la apuesta del Instituto Tecnológico del Plástico AIMPLAS, la empresa alicantina Faperín y sus homónimas europeas Nanocyl y Colorex. Tras 30 meses de desarrollo dentro del proyecto Recytube, culmina un proyecto que ha dado como resultado una innovadora tecnología capaz de reciclar plástico incorporando nanomateriales en forma de nanotubos de carbono.

Estas nanoestructuras de carbono incorporadas al plástico aportan unas propiedades extraordinarias a este material, como el apantallamiento electrónico, dando como resultado un material ecológico y de altas prestaciones que abre un gran abanico de posibilidades de reutilización aun agotada su vida útil. El proyecto Recytube propone el reciclado de estos deshechos plásticos con nanotubos de carbono para producir nuevos nanocomposites plásticos con aplicaciones industriales.

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Este tipo de plásticos ya se está utilizando en la industria de la automoción para sustituir piezas metálicas ya que evita la acumulación de cargas electroestáticas. También se está empleando en la industria de la electrónica y la electricidad para la fabricación de carcasas para dispositivos electrónicos, o también para la fabricación de equipamiento deportivo, dada la ligereza y resistencia sin precedentes de este nanocomposite reciclado.

La presencia de los nanotubos aporta beneficios directamente relacionados con la eliminación de interferencias y la ausencia de cargas electroestáticas por el apantallamiento electromagnético que aporta al plástico. Estas características permiten, entre otras cosas, la aplicación de un acabado mediante pintado electroestático que sustituye la necesidad de tener que aplicar una primera capa de imprimación, consiguiendo un mejor acabado de la superficie y un proceso sostenible con el medio ambiente. Estas propiedades son idóneas para la fabricación de retrovisores para la industria del automóvil, siendo una de las aplicaciones industriales de mayor aceptación para la aplicación directa de este nanocomposite revolucionario.

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En la primera etapa del proyecto los investigadores se han centrado en la identificación de diversos métodos rápidos y efectivos en la misma planta de producción, para cuantificar los nanotubos de carbono y de esta forma poder predecir las propiedades del nanocomposite resultante, sin tener que disponer de un sofisticado equipo de laboratorio. La segunda etapa ha abordado las aplicaciones directas del material para el desarrollo de piezas para la industria de la electrónica y la electricidad, entre otras.

Además de las prestaciones de este nuevo compuesto, esta tecnología permitirá la reutilización de piezas defectuosas y restos derivados de la fabricación de productos plásticos con nanotubos de carbono dentro de la misma planta de producción. Reduciendo los costes de fabricación dentro de un proceso sostenible con el medio ambiente.

Imágenes | vía pixabay / wikipedia

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