Investigadores británicos han sugerido que se podría generar energía eléctrica gracias a rocas porosas del lecho marino sometiéndolas a un proceso con aire comprimido.
Se podría hablar de una gran cantidad de cuestiones a favor de las energía renovables y en contra de las energías tradicionales, pero, evidentemente, todas estas ideas son harto conocidas por el amplio público mundial que aboga por un cambio energético global.
En estos momentos, y en pleno 2019, el asunto de la transición hacia un modelo medioambiental más favorecedor con la vida en la Tierra debería basarse no en la retahíla de la obsolescencia del modelo anterior, sino en la aportación de ideas para el nuevo.
Es en este sentido en el que todas y cada una de las investigaciones que se están llevando a cabo en materia de energía tienen una importancia capital de cara al futuro más próximo.
Las rocas, un posible almacén energético
Científicos británicos de la Universidad de Edimburgo, en Escocia, y Strathclyde, en Inglaterra, han encontrado una posible brecha, en el buen sentido de la palabra, dentro del ámbito de las renovables.
Como hemos dicho con anterioridad, son estas iniciativas las que perduran en un futuro, y, por lo tanto, entran en consonancia con la tendencia de encontrar nuevos métodos con los que almacenar energía.
Los investigadores, entre los que se encuentran geocientíficos e ingenieros, sugieren que rocas del lecho marino del Mar del Norte en aguas británicas pueden ser potenciales elementos para el desarrollo de energía.
El estudio que han llevado a cabo destaca que se podría usar una técnica avanzada para capturar aire comprimido en formaciones rocosas porosas usando electricidad de energías renovables. El cual se podría liberar con el tiempo para impulsar una turbina y generar una gran cantidad de energía eléctrica.
Uno de los objetivos finales de esta cuestión sería que, a gran escala, este experimento podría abastecer de energía a Reino Unido durante las épocas en las que hubiera más demanda, como el invierno.
Pese a no ser exactamente igual, en Alemania y Estados Unidos ya se están utilizando procesos similares con aire comprimido en cuevas profundas de sal. Por lo tanto, este hecho aporta una validez externa, aunque sea indirecta, a la investigación británica sobre las rocas porosas del Mar del Norte.