Cómo son las reuniones de trabajo en el metaverso

El metaverso se asocia frecuentemente al ocio y al entretenimiento, con propuestas interactivas como el juego, la música o el cine. Pero como se trata de un espacio virtual inmersivo con infinitas posibilidades, nada impide que creemos nuestro propio espacio de trabajo virtual. Es decir, una oficina virtual. Y en ella, bien puede haber una sala de reuniones en la que avatares en tres dimensiones charlen y hablen de cualquier cosa. En resumen, que las reuniones online tienen cabida en el metaverso. Es más, difícilmente nadie se aburra en una reunión virtual.

En su momento, muchos vieron con malos ojos el hacer una reunión telefónica. Y hoy en día es habitual llamar aquí y allá. Clientes, proveedores, compañeros de otras divisiones, departamentos o sedes. La telefonía acorta distancias. Lo mismo ha venido pasando con el correo electrónico y, más recientemente, con las videollamadas. Además, todo este despliegue tecnológico es compatible con el contacto físico tradicional. Nada impide alternar entre ambos.

Pero el salto al metaverso por parte de empresas de todo el mundo tiene porqué quedarse en ofrecer tus productos o servicios a un público virtual. Ese mismo espacio virtual puede ser un lugar de encuentro entre empleados y una manera de acortar distancias entre compañeros de trabajo o con los clientes. Una evolución de la videollamada más próxima a la ciencia ficción.

Una oficina virtual en el metaverso

Ya trabajemos en oficina o desde casa, a través de teletrabajo, la comunicación sigue siendo igual de importante. Además, aunque la mayoría de quienes asisten a una reunión lo hacen presencialmente, siempre hay quien está a kilómetros de distancia. ¿Es necesario que esa persona pierda tiempo y dinero viajando para una reunión de una o dos horas? ¿Hay alternativas fiables? A fuerza de empeño, en los últimos años hemos visto que la videollamada grupal es una buena opción para las reuniones online.

Y en el metaverso también es posible hacer reuniones online. Es más, la experiencia será más interactiva si cabe, de manera que el resultado puede ser más provechoso. O en otras palabras, productivo. Y es que los entornos virtuales que propone el metaverso son la mejor recreación posible del entorno físico pero con las ventajas de lo digital. Varios ejemplos: es más fácil saber quién quiere hablar, pueden darse varias conversaciones simultáneas sin problemas de sonido, se pueden emplear recursos gráficos y virtuales que en una llamada de Zoom solamente puede controlar el organizador… Y qué decir de aspectos como el lenguaje corporal, las expresiones faciales o la voz. En definitiva, la realidad virtual acerca más lo digital y lo físico.

Por otro lado, la tecnología necesaria para poner en marcha una reunión online en el metaverso tampoco es tan compleja ni prohibitiva. Lo más deseable es contar con tecnología VR, es decir, gafas o cascos de realidad virtual que ofrecen una inmersión completa en imagen y audio. Pero también puede usarse un simple ordenador con micrófono y cámara integrados. Conectados a un monitor o a una pantalla de grandes dimensiones para no perder detalle de la reunión.

Reuniones online inmersivas gracias a la realidad virtual

¿Qué opina Bill Gates de esto?

Una de las voces más escuchadas cuando se trata de tecnología es la de Bill Gates, cofundador de Microsoft. Si bien en el pasado no acertó en la importancia que tendría Internet en la economía y en la sociedad en general, con el tiempo cambió de opinión. Y hoy incluso se encuentra entre quienes apuestan por el metaverso como pilar del futuro. Es más, en su blog personal opinó que en unos años, las reuniones de oficina darán el salto al metaverso.

Vamos, una evolución natural de la videollamada. Las reuniones online con imagen y audio han experimentado muchas mejoras a marchas forzadas. Cancelación de ruido, control sobre quién habla, cambiar el fondo por fondos virtuales… Incluso ya se viene trabajando en entornos virtuales en los que cada participante aparece en forma de avatar. De ahí al metaverso hay unos pocos pasos. Precisamente, gigantes como Microsoft y Meta (antes Facebook) trabajan desde hace tiempo en ofrecer servicios de comunicaciones y acceso al metaverso.

Así, herramientas como Zoom, Microsoft Teams o Meta Workplace, cada vez más completas en cuanto a las posibilidades de las videollamadas, en dos o tres años podrían ser la puerta de entrada al metaverso para usarlo como una oficina virtual o como un lugar de reuniones online en 3D. Gracias a las conexiones de banda ancha y a tecnologías que ya tenemos a mano como cámaras, micrófonos, dispositivos conectados y/o cascos de realidad virtual.

Eso sí, queda camino por recorrer para convertir los avatares del metaverso en réplicas nuestras en vez de simples sujetos virtuales. El propósito último de empresas como Meta y Microsoft es capturar las expresiones y el lenguaje corporal para reflejarlo en tiempo real en nuestros avatares para así convertir las reuniones online en reuniones presenciales pero con las ventajas de lo virtual.

En el metaverso podemos ubicar nuestras reuniones online

¿Dónde ubico mi oficina virtual?

Hay tres maneras distintas de enfocar las reuniones online en el metaverso. La que se prevé como la opción más popular es la que ofrecerán, más pronto que tarde, Meta a través de Horizon Workrooms y Microsoft a través de su herramienta Microsoft Teams. A partir de una simple herramienta instalada en tu ordenador o dispositivo móvil, puedes acceder a oficinas virtuales que se crean a partir de tu cuenta de usuario. Más fácil imposible.

Además, al estar ya familiarizados con este tipo de aplicaciones, el salto al metaverso sería más natural y con menos reticencias por parte de quienes no ven del todo claro qué les aportarán las reuniones online inmersivas. La transición desde este tipo de apps será más llevadera.

Pero hay dos opciones más. Una, consiste en crear una oficina virtual en un mundo virtual del metaverso que ya exista, como por ejemplo Roblox o Decentraland. Estos mundos virtuales ofrecen un espacio prácticamente infinito a millones de usuarios para que jueguen, se conozcan, intercambien objetos o asistan a eventos públicos. Pero también es posible construir un espacio privado y seguro en el que albergar reuniones online virtuales. Con la ventaja de que la infraestructura virtual ya está ahí. Solo tenemos que familiarizarnos con ella.

Finalmente, para los más atrevidos o early adopters, está la posibilidad de crear nuestro propio mundo virtual en el metaverso. Ya existen plataformas que facilitan la creación de nuestro espacio infinito de acceso restringido, o público, para hacer lo que queramos. Podemos usarlo para fidelizar a nuestra audiencia o directamente para conectar entre empleados, socios y/o proveedores. Obviamente, esta opción es la más compleja técnicamente, pero al mismo tiempo permite personalizar al máximo nuestra oficina virtual y así disponer de un espacio de trabajo virtual que sea productivo.

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