motor más pequeño del mundo

Para qué sirve el motor más pequeño del mundo

El motor más pequeño del mundo es un ion de calcio y es aproximadamente 10.000 millones de veces menor que un motor de coche.

Cuando hablamos de motores pensamos irremediablemente en un sistema mecánico complejo. Un entramado de piezas conectadas entre sí, que permiten la entrada de un combustible para producir energía , que finalmente se traduce en movimiento.

Desde la Revolución Industrial el motor ha sido un instrumento básico para la modernización de las sociedades. Entre todos los inventados, el motor de combustión ha copado los primeros puestos en popularidad. Con este tipo de sistemas se han propulsado millones de coches durante todo el siglo XX , así como otros medios de transporte.

Es cierto que la combustión se encuentra en pleno cambio hacia una alternativa más sostenible, como es el motor eléctrico. Este ha evolucionado desde los pequeños aparatos electrónicos hasta los coches y, ahora, incluso está presente en vehículos pesados o barcos.

Ninguno de estos tipos de motor tiene relación con el sistema creado en el Trinity College, de Dublin. En este caso el objeto se encuentra a escala microscópica, más aún, atómica. El motor en cuestión es un solo ion de calcio, cargado eléctricamente. Su movimiento es su giro intrínseco, que se emplea para convertir calor –absorbido de rayos láser– en oscilaciones o vibraciones del ion.

Excitonium

Las vibraciones permiten capturar la energía útil que genera el motor. Esta se almacena en unidades llamadas 'quanta'. Entramos aquí en el terreno de la mecánica cuántica. El equipo de investigadores ha observado que su sistema, que sería el motor más pequeño del mundo , funciona más rápido o más despacio, dependiendo del aporte energético.

Motores invisibles

No es el primer motor de tamaño minúsculo que se descubre. Porque a este nivel –escala atómica o molecular, como mucho– no se puede hablar de construir sino más bien de experimentar y descubrir.

En la Universidad de Cambridge, incrustaron partículas de oro en un gel de polímero. Al resultado se le aplicó un aporte energético a base de láser. El efecto que tuvo el haz en el conjunto fue expulsar agua del polímero y acercar las partículas de oro, que a su vez se atraen entre ellas. Los investigadores lograron un movimiento de expansión-contracción constante. Había conseguido crear un sistema que producía movimiento con un tamaño un millón de veces más pequeño que una hormiga.

Los científicos del Trinity College de Dublin fueron más allá. El tamaño de su ion de calcio es sensiblemente menor. Su logro atañe a la búsqueda de una computación más eficiente. La gestión del calor a nanoescala es uno de los cuellos de botella para crear sistemas informáticos más potentes.

Imágenes: insspirito,

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