Soluciones creativas ante la lucha contra la basura espacial

La basura espacial es la última de las crisis ambientales de nuestro tiempo. Aunque no nos afecte de manera directa a los habitantes del planeta, estamos igualmente obligados a ser responsables y consecuentes con nuestros actos. El gran problema que reside en esta cuestión es la falta de visibilidad que tiene. Una página web que muestra todos los objetos en órbita y misiones destinadas a limpiar el espacio son algunas de las iniciativas que surgen en la lucha contra la chatarra en órbita.

Los humanos generamos residuos. Se trata de una conclusión innegable y que nos degrada dentro del reino animal de una manera bochornosa. Somos los responsables de millones de desperdicios artificiales que flotan en el mar y yacen sobre la tierra ensuciando el entorno; sentenciando a muerte al próximo animal que, confundiéndolos con alimento, decida ingerirlos. En casos como el del plástico esta basura tarda entre 100 y 1.000 años en descomponerse, y, sin embargo, su producción no cesa. En resumen, un horror medioambiental.

Afortunadamente, en las últimas décadas la conciencia sobre este tema ha ido creciendo, y cada vez más personas se involucran con el cuidado de la naturaleza, la preservación de las especies y la protección de la capa de ozono. De acuerdo con esto, la labor que multitud de asociaciones de todo el mundo realizan a diario merece la aclamación general. De no ser por este empuje, parece probable que estos desastres pasarían ignorados por la gran mayoría. En este sentido, hay un lugar donde la conciencia ecológica necesita dar un último empuje. Se trata de la órbita terrestre, el espacio exterior donde cientos de miles de artefactos olvidados de toda clase giran sin cesar, y sin ser advertidos, por los ciudadanos del mundo.

La basura espacial es la última de las crisis ambientales de nuestro tiempo. Aunque no nos afecte de manera directa a los habitantes del planeta, estamos igualmente obligados a ser responsables y consecuentes con nuestros actos. El gran problema que reside en esta cuestión es la falta de visibilidad que tiene.

Por ello, un estudiante de Texas creó en 2015 la página web Stuff in Space, ofreciendo una manera dinámica y en 3D de poder observar todos los objetos que se mueven a nuestro alrededor. Pasando el ratón sobre los puntos que rodean la Tierra podemos identificar desde satélites hasta restos de cohetes y más chatarra espacial. Asimismo, la aplicación permite conocer información como el nombre o la velocidad del objeto en cuestión. También podemos utilizar buscador y seleccionar por grupo de satélites para ver cómo es la red de satélites GPS, GLONASS o Galileo, entre otros.

*Captura de pantalla de Stuff in Space*

A su vez, toda esta información se actualiza automáticamente a partir de la base de datos que el Departamento de Defensa de EE.UU tiene en Space Track, la web donde se monitorea la trayectoria de más de 150.000 objetos orbitando.

Un satélite para recoger chatarra en órbita

El pasado 2 de abril SpaceX efectuó el lanzamiento de un cohete Falcon 9 con una cápsula para reabastecer la Estación Espacial Internacional (ISS), que incluía además un satélite para recuperar basura espacial. RemoveDEBRIS es el nombre de este dispositivo cuya finalidad es limpiar el espacio de 21.000 piezas de basura que actualmente se encuentra atrapada en la órbita terrestre.

Viajando 28.200 kilómetros por hora, cualquier objeto de más de un centímetro supone una amenaza para satélites, estaciones espaciales y vehículos. De acuerdo con esto, Jason Forshaw, gerente del proyecto RemoveDEBRIS, se refirió a esta adversidad en una entrevista con The Guardian: “El problema con tanta basura es que está empezando a demostrar ser un problema real y la posibilidad de colisiones está aumentando todo el tiempo”.

Estos ejemplos muestran que desde iniciativas particulares y determinadas instituciones comienza a florecer la preocupación sobre el tema. Aunque resulta indudable que proteger la vida en la Tierra requiere más esfuerzos y atención que los desperdicios del espacio, la conciencia medioambiental siempre es bienvenida y nuestro deber es reducir la producción de residuos al máximo. El lugar más limpio no es el que más se limpia, sino el que menos se ensucia.

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