Cuando una startup se nutre de más startups: el caso de Twitter

A veces una gran startup también se nutre de otras startups. Así se observa en un buen ejemplo: Twitter, quizás la red social más exitosa a nivel global, que lleva 31 startups compradas a lo largo de sus más de siete años de historia.

Uno de los sueños de cualquier emprendedor es ver llegar a su startup a lo más alto, a transformarse en un negocio rentable. Ver cómo su pequeño proyecto pasa al estatus de empresa y se hace un hueco en un mercado complicado y hostil. En algunos casos, incluso llega a tener una posición de elevada relevancia y peso en su sector. Pero obviamente, no siempre ocurre así. Hay startups que se quedan por el camino, así como otras que antes de eclosionar son compradas, lo cual también puede ser el objetivo en mente de su fundador. Algunas de esas compras incluso pueden ser realizadas por otras startups de mayor recorrido. Un buen ejemplo es el de Twitter, una red social que hace tiempo sobrepasó los 1.000 millones de usuarios registrados, que también se ha ido nutriendo de otras startups durante su historia.

Diez ejemplos

La primera compra fue en julio de 2008, cuando Twitter se hizo con Summize para poder tener su propio motor de búsqueda. Summize, con el tiempo, se convirtió en la búsqueda de Twitter que conocemos actualmente. Aunque los servicios de geolocalización no tienen todavía protagonismo en Twitter, la compañía se hizo con Mixer Labs, en una época en la que tanto ellos como otras grandes compañías como Facebook o Google ya dejaban ver en sus adquisiciones el peso que le ponían a los servicios basados en la localización.

Algo más adelante, en abril de 2010, se hizo con Atebits, quien estaba detrás de la aplicación Tweetie, para cambiarle el nombre a Twitter, hacerla gratuita, y convertirla en su aplicación oficial. Un movimiento criticado en su momento dada la bajada de calidad y empeoramiento de la experiencia de usuario que supusieron las primeras modificaciones por parte de Twitter. A finales de ese mismo año, en diciembre de 2010, también compraron Flutter, un servicio web de preguntas y respuestas que encaja con el carácter de Twitter: breve, rápido, colaborativo. La nota de prensa todavía puede leerse en la web de Twitter, donde daban la bienvenida a sus cinco empleados (un diseñador y cuatro ingenieros).

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Cinco meses después, con un número de usuarios y grado de aceptación enorme, Twitter estaba preparada para el siguiente paso. Así compró TweetDeck por 40 millones de dólares para, de forma similar  lo que ocurrió con Tweetie, oficializarla y ofrecerla como servicio al perfil de usuario más intensivo o corporativo. Un mes después, en plena vorágine de compras por parte de una red social que ya estaba disparada, también llegó BackType, una herramienta de análisis social para elaborar análisis con vocación comercial y corporativa, una muestra más del progresivo paso de Twitter hacia el negocio puro y duro con grandes empresas.

A finales de ese 2011 la compra fue de Whisper Systems, dejando ver que Twitter, que ya estaba en despegue casi vertical, le daba importancia a algo a lo que hasta ahora no le había dado en forma de adquisiciones de terceros. Whisper Systems era una herramienta open-source para mejorar la seguridad de dispositivos móviles. Ese mismo año, internet móvil había acabado de explotar y su uso ya había llegado a todos los sectores de la sociedad. Una compra que será bastante recordada es la de Posterous, un servicio de blogging que tenía un buen número de adeptos. Quizás pensando en lo que podía llegar después, muchos de ellos se mostraron en desacuerdo con esta compra. Y así, en la primavera de 2013 los servicios de Posterous fueron suspendidos, matando al servicio.

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Otra de las compras que sí sonarán a muchos más fue la de Vine, una plataforma con la que compartir microvídeos de hasta seis segundos de duración. Ocurrió en octubre de 2012, y rápidamente se convirtió en un éxito viral capaz de competir de tú a tú con las fotografías de Instagram. Luego Instagram también se apunto al carro de los microvídeos, ahora de hasta 15 segundos, y Vine cayó de ese estrellato inesperado.  La primera compra de 2013 fue la de Crashlytics, un servicio para analizar los cierres inesperados de aplicaciones móviles y facilitar al desarrollador las causas para que dejen de ocurrir.

Estos son sólo diez startups compradas por Twitter, pero en sus más de siete años de historia hay muchas más. Concretamente, veintiuna: MoPub, Trendrr, Marakana, Spindle, LuckySort, Ubalo, We Are Hunted, Bluefin Labs, Cabana, Clutchd IO, Nclud, Rest Engine, Hotspots.IO, Dasient, Julpan, Bag Check, Backtype, Adgrock, Smallthought Systems, Cloud Hopper, y Values of N. En total, treinta y una startups compradas por Twitter desde 2006. Y la lista seguirá aumentando.

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