Tráfico animal Indonesia

Tecnología de vanguardia para combatir el tráfico animal en Indonesia

Indonesia es el país con mayor número de islas tropicales del mundo. Se dice que lo conforman alrededor de 17.000. En ellas habitan más de 255 millones de personas y un sinfín de flora y fauna, que lo convierten en el tercer país con mayor biodiversidad del mundo después de Brasil y Colombia.

El archipiélago indonesio es una región importante para el comercio mundial, razón por la cual se ha convertido en un lugar donde los traficantes de animales hacen de las suyas. Por este motivo, las organizaciones de defensa de animales han empezado a recurrir a las nuevas tecnologías para combatir el tráfico de algunas especies, que ha llegado en los últimos tiempos a límites insostenibles. Hablamos de tecnologías que van desde aplicaciones móviles hasta códigos de barras basados en ADN.

Se calcula que el comercio ilícito de especies en peligro de extinción reporta unos 23.000 millones de dólares a escala mundial. Entre los animales que se ven amenazados están los orangutanes y los pangolines, un pequeño mamífero que se ha convertido en el más traficado del planeta.

Matthew Pritchett, de la ONG Freeland Foundation, afirma que la tecnología es «probablemente, uno de los recursos más importantes para ayudar a los buenos a atrapar a los malos». Además de decir que «los delincuentes que están detrás del comercio ilegal de especies salvajes son organizaciones criminales muy sofisticadas y bien organizadas».

Para combatir esta amenaza y realidad, la Sociedad de Conservación de la Fauna y la Flora hace uso de programas informáticos para establecer las rutas de los traficantes y adquirir información sobre los sospechosos, explica el gestor del programa de WCS para indonesia, Dwi Adhiasto.

El ADN cobra protagonismo

Por su parte, el Centro Internacional de Auxilio para los animales en Indonesia(IAR) examina las pruebas con ayuda de un código de barras con el ADN de las especies para poder identificarlas. Uno de los ejemplos es el del Loris Perezoso, un primate que es muy codiciado por el veneno que produce y que es empleado en la medicina tradicional China.

«Si tenemos animales de los que conocemos el origen y animales que nos encontramos, por ejemplo, en Yakarta, podemos comparar las muestras genéticas», afirma Christine Rattel, asesora del programa IAR.

«Mucha gente no se da cuenta de que las personas encargadas de que se respete la ley no son científicos. Quizá algunos de ellos se hayan especializado, pero hay entre 25.000 y 30.000 especies protegidas del comercio internacional en todo el mundo”, afirma Pritchette.

Una tecnología que no convence a todos

Gracias a una aplicación de la ONG, que tiene alrededor de 700 especies y 2.000 fotos, autoridades de Indonesia y Tailandia pudieron investigar redes de traficantes, pero pese a su esfuerzo y a la ayuda de la tecnología, los expertos afirman que esta batalla se perderá. Según un informe realizado por la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID), el hecho de que las leyes no se adapten a la realidad y que haya pocos efectivos que apliquen la legislación, hace que el proceso en este tema sea cada vez más difícil. Cuestión de recursos y prioridades, parece.

Aunque los defensores de los animales tienen toda la iniciativa del mundo para acabar con este gran problema, la falta de voluntad política supone una piedra en la camino más, afirma el director de la conservación de orangutanes de Sumatra. «Sin voluntad por parte del gobierno, nada cambiará nunca, sea cual sea el nivel de la tecnología».

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