Con esta iniciativa, Telefónica quiere mostrar a la industria su voluntad de crear un ecosistema de agentes que persigan la apertura, una alta programabilidad y la virtualización del acceso radio. Los resultados del proceso se irán abriendo al resto de la industria con el objetivo de sumar a otros operadores con la misma visión.
Gran parte de este éxito ha sido posible por la inversión de los operadores de telecomunicaciones en el despliegue de redes de comunicación de banda ancha fijas y móviles que son ahora el núcleo de la economía digital. Sin embargo, la mayor parte de este crecimiento se ha producido dentro del mundo desarrollado. Todavía más de 100 millones de personas de Latinoamérica continúan viviendo en áreas donde no disponen de servicios de comunicación de datos.
Usuarios con conocimiento previo
No se trata de usuarios completamente desconectados. En muchas ocasiones, se trata de personas que conocen la importancia de Internet, que ya tienen smartphone, y para los que la conectividad ya está empezando a tener un impacto profundo en sus vidas. Sin embargo, son personas para los que la capilaridad de las redes no es suficiente para poder conectarse en todo momento, y que tienen que desplazarse a localidades cercanas para poder conseguir la ansiada conectividad. Se trata principalmente de poblaciones insuficientemente atendidas.
«Internet para todos»
Para ellas, Telefónica hizo público en febrero la iniciativa «Internet para todos» que tiene el propósito de conectar a este colectivo de personas a Internet.
La tarea es magnífica y requiere de grandes esfuerzos de innovación para poder afrontar los retos económicos y de operación que se requieren. No es sólo que haya que crear tecnologías notablemente mas baratas que las actuales para poder alcanzar niveles de sostenibilidad económica en zonas de muy baja densidad de población. Adicionalmente, las particularidades geográficas de dificultad de acceso imponen la necesidad de implantar nuevos modelos de operación mucho más eficaces que los tradicionales, donde la inteligencia artificial es clave para predecir las circunstancias de la red y así poder optimizar su operación y mantenimiento.
Una parte importante de la solución pasa por la implementación de tecnologías de acceso radio más baratas y abiertas que proporcionen una calidad adecuada a las zonas de baja densidad de población con un coste adecuado.
La innovación, el nuevo actor principal
En el ecosistema del acceso radio están irrumpiendo un número de nuevos proveedores que están trayendo una ola de innovación. Estos nuevos actores buscan desacoplar las componentes de software y hardware ayudando a abrir un ecosistema que ha sido tradicionalmente cerrado. De esta manera, se puede utilizar hardware de propósito general que es considerablemente más barato que el especializado, y que contribuye a la reducción del coste total del equipamiento. Y, al tratarse de sistemas abiertos, se permite la entrada en el ecosistema de suministradores que, sin ofrecer una solución completa extremo a extremo, pueden entrar a competir con menos barreras de entrada.
En esta línea de trabajo se sitúa el reciente anuncio de Telefónica de liderar conjuntamente con Vodafone, y dentro del programa Telecom Infra Project, el lanzamiento de una petición de información (en inglés RFI) a fabricantes para el suministro de soluciones alineados con los principios de OpenRAN para abordar estos desarrollos. Con esta iniciativa buscamos mostrar inequívocamente a la industria nuestro deseo conjunto de crear un ecosistema de agentes que persigan la apertura, una alta programabilidad y la virtualización del acceso radio. Los resultados del proceso se abrirán al resto de la industria con el objetivo de sumar a otros operadores con la misma visión.
Un escenario propicio para la experimentación
Para Telefónica, el escenario es especialmente propicio para la introducción de estas tecnologías. Las áreas rurales permiten realizar despliegues que no dependan de la tecnología previa existente (lo que se conoce como escenario greenfield) que constituye el lugar ideal para la experimentación de nuevas tecnologías. Y si prueban su utilidad, son candidatas perfectas para llevarlas a los mercados mas desarrollados en los que los operadores buscan perentoriamente soluciones que permitan optimizar sus costes de despliegue y operación.
Y, como ya contaba en una entrada anterior, esto sería un claro ejemplo de la innovación inversa (reverse innovation), que definía Govindarayan como aquella que llega al mundo más desarrollado procedente de sociedades menos favorecidas.