Hay que reconocerlo; en cualquier película que hayáis podido ver donde salga un hacker, siempre es un personaje al que todos admiramos. Según las películas, un hacker es capaz de entrar en cualquier sistema en cuestión de segundos, pero además tiene un atractivo especial, es el amigo o amiga que todos nos gustaría tener. Desde la película de ‘Juegos de guerra’, pasando por ‘Operación Swordfish’ o incluso ‘Matrix’ (y muchas más películas menos conocidas), en todas ellas aparecen personajes con estas habilidades.
Como ocurre en la mayoría de las veces, Hollywood exagera un poco la figura del hacker relacionado con la seguridad informática; si intentamos comparar el personaje de película con los de la vida real, podremos encontrar algunas similitudes (forma de vestir, hablar, peinarse, dispositivos que utiliza, etc.), pero seguramente muchas más diferencias (algunos van en corbata, tienen salarios normales, trabajan en una oficina, etc). Pero si analizamos la palabra hacker, desde sus inicios no tenían nada que ver con lo que vemos en las películas. El término hacker se utilizaba en la década de los 60 en el Instituto Tecnológico de Massachusetts, el prestigioso MIT (Massachusetts Institute of Technology), como ‘título’ que se ponía una persona por ser especialmente hábil e inteligente, pero también hay noticias de que en la década de los 50 se utilizaba entre los radioaficionados más jóvenes.
Hackers en todas las disciplinas
Porque todos podemos ser hackers. Un hacker es una persona que sobre todo, tiene inquietud; inquietud para aprender, para explorar los límites sobre lo establecido, para romper cosas con el afán de aprender a reconstruirlas, para perseguir un mayor conocimiento. Y por supuesto, no tiene que ser en seguridad informática, sino que puede ser en cualquier campo o materia.
Existen excelentes hackers en temas tan variados como la música, el arte, la magia, la gastronomía, las matemáticas o la física, pero también en tareas más cercanas como dar presentaciones, negociar o vender algo, gestionar equipos, o el bricolaje casero. Seguro que en seguida encontráis a personas que se diferencian del resto porque son muy buenas en algunos de estos temas. Ellos son también hackers, que han sabido dominar un tema en concreto y no paran de aprender sobre el mismo.
Creo que hoy en día nadie puede dudar en considerar a personas como Ferrán Adriá, Banksy, Richard Branson, o Madonna como hackers en su trabajo; pero también tenemos muchos hackers alrededor de nuestras vidas, les admiramos por sus capacidades y muchas veces nos quedamos asombrados de cómo han solucionado un problema o han modificado cualquier objeto para que realicen otra función diferente para la cual fueron creados.
Todos podemos ser hackers, cada uno en nuestra especialidad. Llevémos al límite nuestro conocimiento, y consigamos retos que parecían imposibles.