Ultra-Ever Dry: la nanotecnología superhidrofóbica que repele cualquier líquido

Sabemos que el agua es esencial para la mayoría de las formas de vida conocidas por el hombre, incluida la humana, pero también es uno de los principales enemigos para la vida útil de los materiales sometidos a las inclemencias del tiempo o a condiciones extremas. Existen en el mercado algunos productos con propiedades hidrofóbicas diseñados para impermeabilizar las superficies y evitar la acción del agua. Pero nada comparable a la tecnología de Ultra-Ever Dry.

UltraTech International, presenta Ultra-Ever Dry, un producto con propiedades superhidrofóbicas –agua–  y oleofóbicas –hidrocarburos–, cuya tecnología le permite repeler prácticamente cualquier líquido… agua, aceite e incluso sustancias viscosas como el barro o el cemento líquido son totalmente repelidos de cualquier superficie. El producto hidrofóbico y oleofóbico, una vez pulverizado sobre la superficie, crea una película de aire y gracias a la nanoestructura de sus partículas impide que cualquier líquido que se derrame sobre él, sin importar la cantidad o su viscosidad, penetre o se adhiera a los poros del material base.

Para conseguir las propiedades de este revolucionario producto, investigadores de UltraTech Internacional han utilizado nanotecnología patentada para impedir la adherencia al agua, el aceite y otros líquidos, pero introduciendo una inmejorable resistencia a la abrasión y la fricción, a diferencia de las tecnologías anteriores, que permite ser utilizado en cualquier tipo de superficies que requieran una mayor durabilidad y resistencia.

Nanotecnología para repeler líquidos

Las superficies superhidrofóbicas se basan en el efecto del loto, también llamado efecto lotus antiadherente, descubierto en los años setenta a partir de la observación microscópica de las propiedades hidrofóbicas naturales de las hojas de la flor de loto. A mediados de los años noventa Wilhelm Barthlott desarrolló y patentó el principio registrado como el “efecto loto” gracias al uso de la nanotecnología, base fundamenteal en la que se basan las superficies con características hidrofóbicas.

ultra-everdry

A diferencia de la hidrofobicidad que es una propiedad química, la superhidrofobia es una propiedad fundamentalmente física. De acuerdo con las investigaciones de Julius Marmur en el campo de la biología molecular, hay dos principios básicos en los que se basa la superhidrofobicidad: el primero de ellos es generar un ángulo de contacto de la gota de agua con la superficie, y el segundo principio es conseguir que ese ángulo tenga la mayor inclinación posible para alejar la gota lo máximo posible de la superficie. De modo que si el ángulo de contacto oscila entre 90 y 150 grados, obtenemos propiedades hidrofóbicas que repelen el agua. En cambio, con un ángulo de contacto superior a 150 grados, a escala nanométrica, se amplifica el efecto de la tensión superficial del agua y hace que se convierta en una superficie imposible de mojar, obteniendo así características superhidrofóbicas.

Posibles aplicaciones de este recubrimiento revolucionario

El ángulo de contacto generado por la estructura a nanoescala de este producto mantiene una película microscópica de aire a partir de la nanoestructura del polvo superhidrofóbico en las superficies donde se pulveriza el producto, produciendo un cambio en la interfaz básica sólido-agua que evita que el líquido interactúe con la superficie. Esta característica fundamental le otorga cualidades antibacterianas, anticorrosivas, anticongelantes, de autolimpieza y resistencia al agua muy interesantes para la industria y la construcción, donde la maquinaria, las herramientas y los equipos de trabajo se exponen a situaciones extremas y a la acción del agua u otras sustancias.

Dado que las superficies superhidrofóbicas se vuelven más resistentes e higiénicas, se evita la adherencia de la grasa y la corrosión de los materiales metálicos por la acción del agua salina o la cal, incrementando la durabilidad del material. Además, como la superficie es imposible de mojar, se evita también las condensaciones de agua en la superficie y la formación de hielo en climatologías extremas. Por si fuera poco, sus características reducen la fricción del agua sobre la superficie, aportando importantes mejoras en el campo de la hidrodinámica.

Otro ejemplo ilustrativo de las superficies superhidrofóbicas es que dada su repelencia al agua son un aislante perfecto para prevenir daños en equipos eléctricos o electrónicos por el contacto accidental con agua, además de ser inmunes a la suciedad, ya que evitan la adherencia de cualquier molécula de polvo o suciedad en cualquier superficie. En cambio, todavía no han conseguido obtener un producto totalmente transparente por lo que no se recomienda su uso en superficies como vidrio o lentes, ya que disminuye la visibilidad y no permite la captura de buenas imágenes.

Estos ejemplos descritos ilustran el sinfín de aplicaciones directas del efecto loto en el sector industrial, pero su aplicación sobre tejidos podría revolucionar el sector de la moda con la fabricación de ropa imposible de manchar y que por tanto no requerirá del uso de la lavadora para su mantenimiento. También como barrera para prevenir el efecto de los graffitis sobre las paredes y el mobiliario urbano de los espacios públicos o como superficie antibacteriana en biomedicina. Lo cierto es que este revolucionario producto va a dar mucho que hablar en los próximos años gracias a los últimos avances en nanotecnología, aumentando la vida útil de casi cualquier superficie además de ahorrarnos los antiestéticos lamparones en nuestros pantalones preferidos.

Imágenes | vía UltraTech International

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