Un equipo de investigadores ha descubierto una nueva fórmula para detectar células tumorales circulantes de melanoma en la sangre que puede servir para evitar su propagación en otros órganos.
El melanoma, uno de los tipos de cáncer de piel más mortales, es una enfermedad diagnosticada cada año a cerca de 160.000 personas a nivel global y causa la muerte de 57.000, según informa la Organización Mundial de la Salud (OMS).
La gran dificultad que afronta este tipo de cáncer, a diferencia de otros, es la rapidez con la que se origina, así como su complicada prevención y detección en fases tempranas. Por ello, según la American Cancer Society, es más probable que se extienda a otras partes del cuerpo si no se trata a tiempo.
En este sentido, un nuevo descubrimiento puede dibujar el camino hacia un mejor tratamiento de la enfermedad. El Grupo de Investigación sobre Melanoma de la Universidad Edith Cowan (Australia), junto con la Facultad de Medicina de Harvard, ha descubierto una nueva técnica capaz de detectar células tumorales circulantes (CTC) que podría servir para detectar y tratar el cáncer de melanoma.
Combinación de múltiples enfoques y ensayos
El estudio, publicado la revista British Journal of Cancer, se basaba en que la gran heterogeneidad de estas células tumorales de melanoma dificultaba su detección y tratamiento, por lo que había que hallar una nueva fórmula para evaluarlas a través de las muestras de sangre.
«Las CTC de melanoma están ocultos entre miles de otras células y materia en la sangre. Dentro de un mililitro de sangre hay menos de 10 células cancerosas entre mil millones de glóbulos rojos y un millón de glóbulos blancos», ha explicado una de las autoras principales del estudio, la profesora Elin Gray, en declaraciones recogidas por Europa Press.
Por eso este nuevo método puede resultar tan esperanzador. La idea principal era entender que no pueden analizar y buscar estas células con un sólo enfoque. Para ello, el equipo de expertos experimentó con un enfoque multifacético combinando tres ensayos y elevando las tasas de detección al 72 por ciento.
El melanoma es un tipo de cáncer que se origina en los melanocitos y se dispersa por todo el cuerpo generando metástasis cuando las células tumorales se «desprenden del tumor primario y viajan a través de la sangre para formar tumores secundarios en otros órganos», añade la experta.
Esta nueva oportunidad de detección puede ser clave para su tratamiento y, sobre todo, para evitar su propagación. Sin duda, un gran avance que podría revertir las tasas de melanoma en todo el mundo.