La vanguardia de la tecnología solar al servicio de vehículos y aeronaves de energía solar capaces de realizar trayectos inimaginables hace algunos años, sin combustibles ni emisión de gases contaminantes.
El desarrollo de sistemas de captación solar mucho más eficientes y sostenibles económicamente, y la apuesta firme por la movilidad urbana sostenible en las grandes ciudades, han dado paso a una nueva generación de vehículos de energía solar para el transporte colectivo e individual a la vanguardia de la tecnología y con el sol como única fuente de energía.
Lo que en su día fue una utopía urbana, fruto de un grupo de entusiastas por el sol como fuente de energía alternativa, hoy ya es una realidad. Una nueva generación de vehículos y aeronaves de transporte por tierra, mar y aire son capaces de realizar viajes de largo recorrido durante el día y la noche únicamente con la energía del sol y sin combustible ni emisiones de gases contaminantes.
Es el caso del Solar Impulse, un aeroplano de 63,4 metros de envergadura y una longitud de 21,85 metros, creado por los suizos Bertrand Piccard y André Borschberg y que en su primera travesía, culminada recientemente, ha cruzado con éxito los Estados Unidos en cinco fases, desde San Francisco a Nueva York.
El Solar Impulse cuenta con 4 x 10 motores eléctricos HP alimentados por la energía captada por las placas adosadas a las alas del aeroplano, capaces de impulsar su peso de 1.600 kg, alcanzando una velocidad de vuelo de 70 km/h y una altitud máxima de 8.500 metros. Los datos del nuevo diseño de la segunda generación del HB-SIB se darán a conocer en su presentación prevista para principios del próximo año 2014.
En el caso de los transportes por mar, el Turanor Planet Solar está considerado como el barco solar más grande del mundo con una capacidad de hasta 60 personas a bordo. Este barco solar creado por el neozelandés Craig Loomes no solo dio la vuelta al mundo en 584 días en 2012, también ha jalonado su lista de hazañas con la travesía más rápida a través del Atlántico en mayo de este año, con el único impulso de la energía solar captada a través de las placas solares dispuestas sobre la propia cubierta del barco.
Para reajustar el diseño de esta nave de corte futurista, los ingenieros no solo tuvieron que optimizar la captación y el almacenamiento de energía, sino mejorar también la propulsión del buque, la propia aerodinámica del casco y el uso de una estructura de carbono lo más ligera posible. Para convertirlo en el barco solar más grande del mundo hizon falta una superficie de 512 m² de paneles fotovoltaicos con baterías de almacenamiento de ión-litio, que aseguran la densidad de energía y la potencia máxima necesaria para alimentar el motor de 20 kW de consumo medio y alimentar todos sus dispositivos de navegación.
Por tierra tenemos el Ivy SunSwift, un vehículo construido por el Solar Team Racing UNSW de la Universidad de Nueva Gales del Sur para el Mundial Solar Challenge. Con una potencia de 1.200 W, alimentado únicamente por la energía del sol y un peso neto de 140 kg, el Ivy SunSwift llegó a alcanzar una velocidad de 88,738 km/h en 2011 en las instalaciones de la base aérea de la Royal Australian Navy, estableciendo un nuevo récord mundial Guiness como el coche solar más rápido del mundo.
Estos vehículos solares están considerados como la antesala del futuro de los transportes sostenibles. Una muestra del incipiente interés por el desarrollo de vehículos y aeronaves alimentadas por energías renovables como la solar es la World Solar Challenger, una competición que tendrá lugar en octubre y en la que los competidores deberán completar una travesía de 3.000 kilómetros desde Darwin a Adelaida en Australia.
Imágenes | vía Solar Impulse, Turanor Planet Solar y Ivy SunSwift