Es posible que te hayas planteado en más de una ocasión dar el salto a Linux, un sistema operativo libre, y en muchos casos gratuito, pero no te has atrevido porque estás muy habituado a Windows.
No es la primera vez que hablamos de Linux en Blogthinkbig.com pero sigue siendo un desconocido para muchos si bien está instalado en muchos dispositivos sin saberlo.
Un ejemplo es Android, el sistema operativo que utilizan la mayoría de fabricantes de smartphones y que se basa en Linux.
Pues bien. Aunque en smartphones y tablets Android y iOS son los más populares, Windows sigue dominando en computadoras portátiles y de escritorio. ¿Te has planteado alguna vez probar otro sistema operativo?
La alternativa a Windows que más posibilidades ofrece es Linux, ya que por su naturaleza, cualquiera con nociones de programación puede personalizarlo, añadirle y quitarle componentes y así crear una nueva versión, o distribución Linux, que se adapte a tus necesidades.
Según Distrowatch, un portal especializado en distribuciones Linux, en la actualidad hay aproximadamente unas 300 distribuciones o versiones diferentes de Linux. ¿Cómo elegir una?
Una posibilidad es centrarnos en una versión de Linux que nos sea familiar. Es decir, si te has pasado la vida “trabajando” con Windows, estarás familiarizado con ciertas maneras de hacer las cosas que te chocarán si das el paso a una distribución Linux muy distinta.
De ahí que tal vez prefieras una versión de Linux lo más parecida posible a Windows. Veamos algunas de las de ellas.
Linux Mint
Mint es posiblemente la distribución Linux más conseguida y la única que ha hecho sombra a Ubuntu, que durante muchos años ha sido un referente para usuarios domésticos y recién llegados.
Linux Mint consigue un equilibrio perfecto entre facilidad de uso, un diseño muy cuidado y mil y una opciones de configuración para usuarios más avanzados.
El menú de Inicio, la barra de tareas, una tienda de aplicaciones que quita el hipo y un rendimiento muy bueno en computadoras modestas o antiguas.
ChaletOS
Una de las propuestas más recientes es ChaletOS, una distribución Linux que imita el aspecto de Windows a la perfección, tanto en el estilo de las ventanas como la barra de tareas, el menú Inicio, los iconos de archivos y el explorador de Windows, etc.
ChaletOS cuenta con varios temas que imitan los diferentes aspectos de Windows en sus versiones (Vista, 7, 8 o 10).
Por lo demás, ofrece todas las ventajas de Linux, con aplicaciones preinstaladas para la mayoría de tareas (edición de imagen, ofimática), su propia tienda de aplicaciones gratuitas basada en Ubuntu (la distro Linux más popular) y puedas instalarlo en tu PC en versión 32 o 64bits, según tu procesador.
Q4OS
Para los nostálgicos de Windows XP, Q4OS es una opción a tener en cuenta, un Linux modesto pero eficiente en equipos anticuados (sus requisitos mínimos son Pentium 300MHz, 128MB de RAM y 3GB de disco duro.
Si buscas un sistema operativo de aspecto sencillo y pensado para funcionar al máximo rendimiento, Q4OS es una posibilidad. Encontrarás más información en su página de documentación (en inglés).
Robolinux
Otra propuesta a tener en cuenta es Robolinux, una distribución Linux que tiene el propósito de ayudar a quienes quieren dejar atrás Windows pero no pueden dejar de usar ciertos programas.
En Robolinux no sólo encontrarás un escritorio estilo Windows. A sus más de 30.000 aplicaciones propias hay que incluir Stealth VM, su propia máquina virtual con la que usar programas Windows desde Linux.
Elementary OS
Si te gusta el estilo de macOS pero prefieres mantener tu PC, puedes probar con Elementary OS, una distro Linux con un diseño muy cuidado y que sirve como alternativa a Windows con un aspecto de Mac.
Su tienda de aplicaciones es perfecta para recién llegados, y además ofrece un surtido de apps para cualquier tipo de tarea con soluciones gratuitas. Eso sí, si quieres sacarle todo el provecho necesitarás un PC compatible con Windows 8/10.
Imagen | Dejan Petrović