Que los videojuegos tienen tantos efectos positivos en la actividad cerebral del ser humano, por ejemplo, en la memoria, es tan conocido como que constituyen una de las formas de ocio (e incluso una salida profesional) con mayor adopción en el siglo XXI.
El equipo de investigación del Instituto de Psiquiatría, Psicología y Neurociencia del King’s College London y la Universidad de Roehampton han llevado a cabo un estudio, publicado por la revista Translational Psychiatry, del que se pueden extraer conclusiones muy positivas sobre el impacto que los videojuegos tienen en personas con esquizofrenia.
La esquizofrenia es un diagnóstico psiquiátrico que padecen personas con un grupo de trastornos mentales crónicos, caracterizado a menudo por conductas que resultan anómalas para la comunidad, tales como falta de percepción de la realidad o alteración de la misma.
Los investigadores aseguran que “la técnica podría usarse para ayudar a los pacientes con esquizofrenia que no responden a los medicamentos”. De este modo, las personas con esquizofrenia pueden entrenarse jugando a un videojuego para controlar la parte del cerebro relacionada con las alucinaciones verbales.
El estudio, que ha contado con la participación de 12 pacientes que experimentan alucinaciones verbales desagradables y en tono de amenaza a diario (un síntoma común de la esquizofrenia), trata de controlar estos síntomas mediante un videojuego consistente en aterrizar un cohete, mientras un escáner MRI (Imágenes por Resonancia magnética) se encuentra conectado a la región del cerebro sensible al habla y las voces humanas. Así, usando sus propias estrategias mentales para mover el cohete, los pacientes pudieron controlar los síntomas y disminuir el volumen de “voces externas” que escuchaban.
El experimento de aterrizar el cohete en el juego mientras permanecía conectada la región del cerebro sensible al habla y las voces humanas supuso para los pacientes un enorme aprendizaje. De este modo, aprendieron a usar la técnica en su vida cotidiana, reduciendo de esta forma el poder de las alucinaciones. En cualquier caso, se trata hasta ahora de un estudio piloto, que ha dejado muy buenas sensaciones y avances significativos, pero cuyos hallazgos aún deben ser confirmados en el medio y largo plazo.
El profesor Sukhi Shergill, de King’s, ha expuesto y recalcado que la investigación ofrece «un enfoque novedoso» para ayudar a los pacientes. «Si bien se trata de datos preliminares, es especialmente prometedor que los pacientes pudieran controlar su actividad cerebral incluso sin la MRI, lo que sugiere que esta puede ser una estrategia que las personas que han seguido el protocolo de entrenamiento de neuroretroalimentación IRM pueden vivir en su propio hogar.»