Tengo la sensación de que cuando se piensa en una red de telecomunicaciones no se sabe verdaderamente la magnitud y complejidad que hay detrás de ella. La conectividad es algo que se da por hecho, la red parece así algo etéreo, que está ahí para conectar personas, aplicaciones, negocios, etc.,y que se ha convertido, casi sin saberlo, en una necesidad básica de nuestras vidas de la que no podemos prescindir. De esta manera la red se percibe como un ente, digamos “virtual”, que forma parte nuestro entorno cotidiano. Y sin embargo, una red de telecomunicaciones tiene poco de virtual, es algo muy tangible, muy físico, es decir, muy ligado al hardware.
Conceptos muy relacionados con la virtualización, como son «la nube» o «el cloud», no resultan ya nada ajenos en nuestro día a día. Y es que precisamente es en el mundo de la computación donde la virtualización se ha convertido ya en una realidad, es de hecho, un entorno menos físico, dónde se ha optado por modelos alejados del hardware, justo al revés de lo que ocurre en el mundo de los proveedores de servicios de telecomunicación donde se trabaja con hardware especializado en la mayoría de los casos.
Como comentaba, en el mundo de las telecomunicaciones la tendencia hasta ahora ha sido justo la contraria a la seguida en el mundo IT. Actualmente, las diferentes funcionalidades que componen una red se basan principalmente en el uso de hardware específico, generalmente más costoso, dedicado en exclusiva a la realización de dichos procesos. El hecho de poder eliminar esta dependencia del hardware dedicado y propietario abre pues un inmenso campo de posibilidades: se incrementan las oportunidades para la innovación en servicios en la red, se aceleran los ciclos de desarrollo y se reducen los costes de operación y evolución de la infraestructura, lo que a su vez abre la puerta a la construcción de redes mucho más plásticas y flexibles, con la capacidad de adaptarse a un entorno altamente cambiante. En definitiva, se puede pensar en nuevos caminos para obtener capacidades diferenciales desde la red, a la vez que se incrementa su eficiencia.
Podemos describir la virtualización de red, como el hecho de independizar funcionalidades de red, basadas en software, del hardware sobre el que se ejecutan, haciendo posible el uso de equipamiento de propósito general, más barato, en casos donde tradicionalmente se usa equipamiento específico. De esta manera también será posible mover estas funcionalidades a la localización que más convenga en cada momento. La combinación de ambas cosas, desacoplar el software del hardware y la capacidad de moverlo a diferentes localizaciones, es lo que entendemos por virtualización de red.
La industria se está posicionando en esta línea y de hecho, durante este año 2012 se han anunciado movimientos muy interesantes en este campo. Empresas como Nicira, recientemente adquirida por VMware por 1.260 millones de $, es ampliamente conocida por su enfoque de virtualización de comunicaciones para datacenters. Otra, como Xsigo, con tecnología capaz de crear pools virtualizados de capacidades de red, también ha sido adquirida a mediados de 2012 por Oracle. También empresas como CISCO o NEC están anunciando estrategias relacionadas con la virtualización bajo paradigmas SDN (Sofware Defined Networking), en castellano, redes definidas por software o, para ser más exactos, redes cuyo comportamiento se define vía software.
No cabe duda de que podemos estar asistiendo a un nuevo paradigma en el campo de las comunicaciones que tenemos ver con especial interés y en el que debemos posicionarnos para trazar nuevos caminos en la evolución de nuestras redes. En sucesivos post abundaremos en este enfoque de virtualización de red, presentando cómo puede aplicarse y qué casos de uso pueden ser de aplicación en nuestras redes.
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