Un objeto interestelar se adentra en el Sistema Solar

Después del misterio de Oumuamua, se ha vuelto a identificar un cuerpo celeste que podría venir de otro sistema estelar. Su órbita es hiperbólica, por lo que todo apunta a que viene de algún punto de la Vía Láctea.

El pasado 30 de agosto, el astrónomo ruso Guennadi Borisov detectó este cuerpo celeste y lo catalogó como un candidato potencial a cometa interestelar.

La trayectoria de la órbita de este objeto indica que su origen se halla fuera del Sistema Solar, aunque aún no se ha confirmado de dónde viene.

Este tipo de visitas se caracterizan porque los cometas o asteroides interestelares que entran en el Sistema Solar siguen órbitas muy diferentes de las de los objetos en su interior.

La órbita es hiperbólica, lo que indica que el objeto viene de fuera del Sistema Solar, ya que el resto de cuerpos que residen bajo la gravedad del Sol tienen órbitas casi circulares, como los planetas, o elípticas, como los cometas y asteroides.

Se ha nombrado al cometa como c/2019 Q4 (Borisov), en honor al astrónomo que lo divisó en primer lugar. C/2019 Q4 es un cometa de varios kilómetros de diámetro y está activo, es decir, liberando gas y polvo a causa de la sublimación de su hielo bajo el efecto de la radiación solar.

Oumuamua J. OLMSTED Y F. SUMMERS, NASA, ESA
Representación de Oumuamua. *Fuente: J. Olmsted Y F. Summers, NASA, ESA.*

Oumuamua, que se descubrió hace unos dos años, se clasificó como el primer asteroide con un origen diferente a nuestro Sistema Solar.

En octubre de 2017, los astrónomos detectaron algo nunca visto hasta entonces: un objeto con forma de puro de 300 metros de largo procedente de más allá del Sistema Solar que no se pudo llegar a clasificar como cometa interestelar. Fuera lo que fuera, Oumuamua se alejó y desapareció de nuestra vista.

Astrónomos de todo el mundo dirigen ahora sus telescopios hacia c/2019 Q4 (Borisov) para tratar de descubrir si, efectivamente, se trata de un cuerpo interestelar. Tendrán tiempo de hacerlo, ya que salvo que ocurra una inesperada desaparición o desintegración, este objeto debería ser observable durante al menos un año.

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