Las baldosas antideslizantes de vidrio fotovoltaico combinan elementos pasivos, evitando las emisiones de CO2 a la atmósfera, con elementos activos que generan energía a a partir de la luz solar.
Hablar de energía solar fotovoltaica es hablar de un tipo de electricidad renovable obtenida a partir de la radiación solar mediante células fotovoltaicas, instaladas en cubiertas de edificios o instalaciones en parques fotovoltaicos. También podemos encontrar esta tecnología integrada en sistemas de cerramiento de fachada por muros cortina o lucernarios de edificios. Sin embargo, una empresa española ha dado un paso más en la integración de los sistemas de producción de energía solar en el medio urbano, mediante el desarrollo de soluciones alternativas como la instalación del primer suelo fotovoltaico transitable del mundo, en el Campus de Ciencia y Tecnología, en Ashburn, Virginia –Estados Unidos–.
El suelo fotovoltaico transitable desarrollado por la empresa Onyx Solar ha sido instalado en una zona situada entre el Innovation Hall y el Exploration Hall conocida como Solar Walk. Esta nueva aplicación aporta una nueva solución al catálogo existente en el mercado de materiales de construcción fotovoltaicos. Onyx Solar ofrece conocidas soluciones de integración de tecnología fotovoltaica en edificios como lucernarios, muros cortina y sistemas de fachada ventilada, todos ellos fotovoltaicos. Pero hasta ahora nadie había planteado soluciones aplicables al medio urbano, como el uso del plano del suelo en espacios abiertos debidamente expuestos a la radiación solar.
El suelo fotovoltaico transitable está compuesto por baldosas antideslizantes y semitransparentes que convierten la radiación solar en energía gracias al uso de semiconductores. Estas baldosas están fabricadas con vidrio fotovoltaico con una resistencia a impactos de hasta 400 kg de carga puntual y una eficiencia similar a las del resto de soluciones constructivas con tecnología fotovoltaica.
El vidrio fotovoltaico empleado en las baldosas del Solar Walk cumple con las especificaciones de seguridad previstas por la normativa vigente, empleando sistemas formados por varias láminas de vidrio, unidas por un encapsulante de tipo EVA o PVB. En función de la resistencia demandada y el tráfico previsto en la zona de paso donde se va a instalar el Solar Walk, se pueden utilizar láminas de vidrio fotovoltaico que van de los 3 a los 19 mm de espesor, para componer baldosas de vidrio fotovoltaico laminado de seguridad, de acristalamiento doble o triple.
Al material encapsulante que une cada una de las láminas pueden aplicarse tratamientos especiales que aportan propiedades muy interesantes al sistema como aislamiento acústico, aislamiento térmico, transparencia, filtros para la radiación UV/R en caso de –zonas peatonales sobre espacios habitables– e incluso, tratamiento del color.
Otra de las novedades que aporta el suelo fotovoltaico desde el punto del vista del espacio público, es la posibilidad de incorporar sistemas de retroiluminación por LED con una potencia total instalada de 400 Wp, que se alimentan con parte de la propia energía producida. De esta forma se soluciona con un único sistema el revestimiento fotovoltaico del suelo y la iluminación del espacio público al que sirve. Al combinar elementos pasivos, evitando las emisiones de CO2 a la atmósfera, con elementos activos que generan energía, se reduce considerablemente el impacto del edificio en el medio ambiente.
Imágenes | vía Onyx Solar