Este rompedor prototipo ha sido creado por investigadores de la Universidad de Carnegie Mellon en Pensilvania y permite una interacción desde el propio cuerpo.
Ahora el ritmo lo marcan, en muchas ocasiones, los millenials. Son (¿somos?) los jóvenes nacidos a partir de los años 80, una generación digital, hiperconectada y con altos valores sociales y éticos. Esta generación supone un 24% de la población y son el público que se resiste a todo, la tecnología les parece lo más normal del mundo, y son creadores de contenido e influyentes entre su público.
La hiperconectividad va en el ADN de los millennials
La característica primordial de esta generación es la hiperconectividad. La tecnología no tiene secretos para ellos, son nativos digitales. Es decir, la tecnología forma parte de su vida diaria desde su infancia, por lo que cualquier dispositivo que caiga en sus manos será descifrado sin problema, convirtiéndose en los expertos tecnológicos de las familias por excelencia.
El brazo se convierte en la nueva pantalla
Ante este panorama, las empresas tecnológicas nacionales e internacionales quieren y tienen que estar a la altura de las necesidades de estos usuarios, para lo que han de superarse así mismos con nuevos gadgets. Cumpliendo con ese perfil, nace un rompedor prototipo de smartwatch que no tiene una pantalla táctil si no que la proyecta en el brazo, simulando la pantalla de un smartphone. El dispositivo ha sido creado por investigadores de la Universidad de Carnegie Mellon en Pensilvania y permite interactuar con él desde el propio cuerpo.
Sí, hemos visto antes dispositivos que pueden controlarse desde proyectores, como sucede con el Sony Xperia Touch, que permite convertir cualquier superficie en una pantalla táctil. En el caso de los relojes inteligentes, los hemos visto con capacidad de llamar sin tener que usar el smartphone en la última versión del Samsung Gear o, claro está, en Apple Watch con el modelo Series 3.
LumiWatch, un paso más allá en smartwatch
Sin embargo, LumiWatch va más allá. Nace con el objetivo de ofrecer una pantalla más amplia y fácil de gestionar que los actuales smartwatches, que suelen tener una interfaz muy pequeña. Es cierto que la imagen se distorsiona un poco, ya que influye el color de la piel de cada usuario, pero mantiene una buena definición y resolución de buena calidad.
Otra de sus grandes ventajas es que no necesita conexión al teléfono u ordenador. Y entre sus características técnicas destacan sus 4 GB de memoria interna, procesador de cuatro núcleos, 768 MB de RAM, proyector de 15 lúmenes y sistema operativo Android 5.1. Quizás la batería puede ser uno de sus puntos débiles, ya que su rendimiento dura un día de uso ocasional o una hora de proyección continua.
Un software y hardware a medida
Según cuentan los desarrolladores de este magnífico invento, uno de los retos más complicados ha sido el hecho de proyectar la imagen en el brazo del usuario sin que se deforme. Para conseguirlo, además de necesitar un esfuerzo extra, contaron con un software y hardware personalizado que permite eliminar la distorsión y deformación de la imagen en superficies irregulares. Además, cada consumidor podrá calibrar la imagen como más le guste. Este reloj supone el primer sistema de proyección inteligente de funciones y constituye un avance significativo.
No sabemos aún cuando estará disponible en el mercado, lo único que podemos desear es que algún fabricante compre la tecnología para conseguir hacer realidad el proyecto. Eso sí, habrá que tener los ahorros preparados, ya que, cuando llegue al mercado, el precio rondará los 600 dólares.
Pensábamos en un futuro con coches voladores, pero la realidad está superando nuestras fantasías de ficción.