Utilizar hidrógeno como combustible en los centros de datos es una de las últimas propuestas de energía alternativa y proviene de Microsoft.
El hidrógeno forma parte del arsenal de energías alternativas que industrias, gobiernos y compañías han empezado a desempolvar. No es una fuente de energía sino un vector energético, es decir, sirve para almacenar y transportar energía. Esto le da una gran versatilidad a la hora de proponerse como solución.
Este es uno de los aspectos que se resaltaron en la CleanTech Innovation Showcase, celebrada en Seattle, bajo la batuta de la organización CleanTech Alliance. Durante el evento, en el que participaron compañías punteras en la exploración del hidrógeno , como Toyota, destacó la intervención del portavoz de Microsoft.
Sean James, director en investigación de energía en Microsoft, divisa el uso del hidrógeno en los centros de datos. Este combustible, junto a grandes baterías, son los elementos que el directivo contempla para lidiar con los picos de tensión o con las posibles caídas de la red eléctrica.
Sin embargo, James ha señalado que Microsoft no solo quiere usar el hidrógeno como respaldo. La idea de la compañía es que este combustible sirva como energía primaria. En sus centros de datos, el gigante de Redmond ya ha experimentado con el uso de hidrógeno , obtenido a partir del biogás o del gas natural. Aunque el objetivo es obtenerlo mediante fuentes verdes, como la solar y la eólica.
Una forma de energía para el futuro
El proceso de producción del hidrógeno implica la aportación de una cantidad de energía , para obtener la misma condensada en forma de gas a presión. Por eso se dice que el hidrógeno puede ser renovable y limpio o todo lo contrario. Aunque la tendencia mira hacia la primera opción.
Si el hidrógeno se obtiene por electrólisis –separación de las moléculas de agua– el proceso es renovable. También sería limpio si la energía necesaria para romper las moléculas de agua proviene de fuentes que no contaminan. Esto no sería así cuando el proceso de obtención es el reformado, a partir del gas natural.
Parece que la idea de Microsoft es decantarse por el primer método. Pero este es más caro y este factor, a su vez, desincentiva la adopción. También lo hace el hecho de que todo lo que rodea al hidrógeno tenga un coste alto. El almacenamiento y el transporte (el gas se mantiene a una presión de 350 bares) requieren unas condiciones muy específicas.
Pero no es la primera vez que Microsoft se lanza a experimentar con tecnologías nuevas para sus centros de datos. Tanto es así que hace dos años fue la compañía que probó el primer data center subacuático. Todo un atrevimiento, que confía en que las dificultades técnicas y el coste se compensen con menores necesidades de refrigeración.
Imágenes: Andrew.T@N, Toolstotal