A pesar de ser un material escasamente utilizado en la industria aeroespacial, Elon Musk ha anunciado que la gran nave que llegará a Marte se construirá con acero inoxidable.
Hace apenas un mes, el CEO de SpaceX, Elon Musk, anunciaba el cambio de nombre de la gran nave que está construyendo su compañía para llegar a Marte. A través de su cuenta de Twitter, Musk rebautizaba el Big Falcon Rocket con el nombre de Starship.
El desarrollo de esta gran aeronave está en marcha. Medirá cerca de 130 metros de altura, y cargará hasta 100 toneladas, o bien, 100 pasajeros a una velocidad de 27.000 kilómetros por hora. Todo un desafío para Musk, aunque espera conquistar el planeta rojo en 2023.
Ahora, hemos conocido que esta monstruosa nave estará recubierta con una piel brillante de acero inoxidable. Como es costumbre, Elon Musk lo ha vuelto a anunciar por Twitter, acompañado de una imagen de la futura nave:
Stainless Steel Starship pic.twitter.com/rRoiEKKrYc
— Elon Musk (@elonmusk) 24 de diciembre de 2018
¿Una opción segura y viable?
La noticia ha suscitado todo tipo de comentarios y críticas, puesto que los vuelos espaciales actuales han dependido en su construcción de materiales compuestos avanzados como la fibra de carbono, ya que combinan propiedades físicas deseables con poco peso. Cuando requieren metal suelen utilizar aluminio o titanio.
En este sentido, muchos se han apresurado a argumentar que no es una opción obvia para una nave como la Starship, ya que tiene que lidiar tanto con el espacio como con el reingreso o reentrada a la atmósfera. El polémico Musk no dudó en responder a algunos de estos comentarios, en el propio Twitter, alegando que el acero inoxidable presenta ciertas ventajas en comparación con otros materiales cuando se encuentra a temperaturas extremas.
Además, Musk también ha mencionado el llamado ‘SX500’ que el personal de metalurgia de su compañía ha desarrollado para su uso en los motores que impulsarán la nave.
Dificultades técnicas del acero
La última creación de SpaceX se encuentra en versión de pruebas y supone un cambio radical en sus construcciones al no ser un material de uso común en la industria aeroespacial salvo en contadas excepciones como el misil intercontinental Atlas.
Este hecho supone una decisión compleja, técnicamente hablando, ya que toda la nave estará construida en base a este material. El fuselaje de acero inoxidable puede no ser capaz de soportar las extremas temperaturas en la reentrada a la atmósfera. Para ello, será necesario una refrigeración segura. Musk ha asegurado que se empleará metano líquido para enfriar el fuselaje en la reentrada.
Parece que el entrépido Elon Musk nunca deja de sorprendernos afirmando, incluso, que hay un 70% de posibilidades de mudarse a marte de forma segura. ¿Logrará superar este desafío?