El robot ofrece una posibilidad de volver a los métodos de cultivo que no implican el uso de químicos. Una fusión entre tecnología y tradición.
Seguramente habrás escuchado en multitud de ocasiones hacer referencia a la sabiduría de la naturaleza y a la capacidad de los ecosistemas para regularse por sí solos sin la intervención del ser humano. Los cultivadores de arroz japoneses han mantenido esta consigna, y durante siglos han evitado el uso de cualquier tipo de fertilizantes o pesticidas artificiales.
El arroz es un cereal básico en la cocina y en la alimentación japonesa. Desde hace siglos, la siembra y la cosecha del arroz se ha mantenido como un ritual motivo de celebración en la cultura del país nipón.
Una tradición de 600 años
La costumbre de criar patos dentro de los campos se arroz irrigados se remonta a más de 600 años atrás. Los animales han cumplido una función imprescindible para la prosperidad de los cultivos: limpiar las malas hierbas, acabar con los insectos que plagan los arrozales y, en definitiva, cumplir el proceso de fertilización natural.
Sin embargo, en los últimos años los agricultores han virado hacia una mayor industrialización de los cultivos mediante el uso de fertilizantes nitrogenados sintéticos y pesticidas químicos. El incremento de la producción y la introducción de elementos artificiales ha puesto en peligro el orden natural del ecosistema.
Nissan, el fabricante de coches japonés, ha desarrollado un prototipo que puede significar el vínculo definitivo entre la tecnología y los métodos de cultivo más tradicionales: el pato robot. El dispositivo surca el agua a través de los cultivos para dificultar la fotosíntesis de las malas hierbas e impedir su crecimiento, tal y como ha informado la agencia de noticias japonesa Jiji Press.
Autonomía para eliminar las malas hierbas
El pato robot emplea Wi-Fi, baterías, energía solar y un sistema de navegación GPS para navegar entre los campos de arroz. El dispositivo tiene un peso de 1,5kg y una superficie de aproximadamente 60 centímetros, un diseño que se asemeja al de los aspiradores de hogar Roomba.
Está equipado con dos cepillos giratorios de goma en su parte inferior que imitan las patas del animal y permiten al robot moverse y eliminar las plantas a su paso.
El dispositivo está equipado con un motor Nissan que le permite funcionar con autonomía. Actualmente, se trata de un prototipo en proceso de pruebas en la Prefectura de Yamagata, al nordeste de Japón. El pato robot, ideado por el ingeniero Tetsuma Nakamura, puede suponer un gran paso en el objetivo de preservar y garantizar la viabilidad futura de la industria del arroz.