El gigante asiático ha sido pionero en el transporte eléctrico, pero ahora la introducción de los coches de hidrógeno en China se ha convertido en una prioridad.
Pese a que Tesla sea estadounidense, pese a que la tecnología punta del motor eléctrico se asocie con marcas occidentales, pese a que sea el mercado noruego donde más prevalencia tienen los modelos eléctricos sobre los de combustión; pese a todo esto, China es de forma indiscutible el país que más rápido se ha movido en la construcción de un modelo alternativo de transporte.
Solo hay que echar un vistazo a las cifras de ventas de coches eléctricos. China es de largo el principal mercado para estos vehículos, pero es que además su cuota equivale a la del resto de países juntos. El país apostó fuerte por los eléctricos cuando nadie lo hacía. Y llevó a cabo sus planes con una determinación envidiable.
El resultado es que mientras que en el motor de combustión China no tenía opciones, ahora han surgido varias empresas potentes fabricantes de vehículos eléctricos. Ha sido la forma del país de entrar en la complicada industria de la automoción. Pero también de dar un giro a su sistema de transporte. Pues no solo se trata de los coches. En algunas ciudades, como Shenzhen, abundan los autobuses eléctricos. Y también se han probado barcos para transporte fluvial.
Sin embargo, la fijación por los coches eléctricos ha hecho que China preste menos atención a la otra alternativa, el hidrógeno. Al menos hasta ahora. Y es que el gigante asiático ha empezado a invertir grandes cantidades en la investigación de vehículos con esta tecnología.
El hidrógeno en realidad tiene puntos en común con los eléctricos. El motor, por ejemplo, es el mismo. Lo que cambia es el almacenamiento. En el caso de los eléctricos es una batería de ion litio, mientras que el combustible de hidrógeno como gas a presión viaja en un depósito sellado.
Esfuerzos en torno al hidrógeno
El ambiente alrededor de los coches de hidrógeno en China es positivo. El gobierno quiere que en una década haya un millón de coches con este combustible rodando en las calles. Para eso ha puesto en marcha un plan que repartirá cientos de millones de yuanes en investigación y desarrollo.
Startups y compañías con más recorrido se han lanzado a explorar el hidrógeno en busca de esta financiación. El servicio de análisis energético de Bloomberg estima que hasta 2023 se invertirán más de 17.000 millones de dólares en este campo.
El año que viene solo habrá 5.000 vehículos de hidrógeno en las carreteras. Pero se espera que el número ascienda rápidamente. Eso sí, se necesita tiempo para establecer una cadena de suministro fiable, crear un sistema de producción de hidrógeno y de llenado de estaciones.
Imágenes: MTH2, Joseph Brent