fábricas de baterías

Por qué la UE dedicará 3.200 millones de euros para investigación en baterías

La Unión Europea ha mostrado un gran interés en estimular la investigación en baterías, con el fin de construir una industria propia.

El sector de la automoción ha sido una de las puntas de lanza de exportación europea a nivel mundial. Y lo sigue siendo. Particularmente la industria alemana, aunque también la francesa y, en menor medida, la italiana son pilares dentro de la economía de la Unión Europea.

Estos pilares se ven hoy amenazados por el tremendo cambio que se cocina en el sector. El paso del motor de combustión al eléctrico supone el mayor cambio en la historia de la automoción probablemente desde que se inventó la producción en cadena, con el emblemático Ford T.

La Unión Europea no quiere que la industria de la automoción pierda fuelle ni mercado a nivel global. Es China, que ha trazado una estrategia de eléctricos a largo plazo, quien especialmente pone en riesgo la posición de las marcas europeas. De ahí que la Comisión Europea haya aprobado una inversión de 3.200 millones de euros para investigación en baterías.

Esta cifra irá destinada a proyectos de I+D en Alemania, Bélgica, Finlandia, Francia, Italia, Polonia y Suecia. Se espera que la inversión dé frutos más allá de la propia cuantía. Y es que la Comisión Europea prevé que esta cifra atraiga otra adicional de la iniciativa privada , que alcanzará los 5.000 millones de euros. El proyecto se completará para el año 2031, si todo va según lo planeado.

La comisaria europea de Competencia Margrethe Vestager destaca que la producción de baterías es de interés estratégico para Europa. Los motivos están en su potencial en movilidad y energía, así como para la creación de empleo y la sostenibilidad. La UE ya había mostrado su interés por la creación de fábricas de baterías en suelo europeo, ofreciendo jugosos incentivos.

La industria del motor también ha dado pasos para crear sus fábricas, al estilo de la gigafábrica de Tesla. Un ejemplo de ello es Daimler , que invirtió 500 millones de euros en una planta de producción. No solo se trataba de garantizar el suministro para los modelos eléctricos. La compañía también empezó a vender baterías domésticas, también como Tesla.

desarrollo de motores de combustión

No ha sido el único. Audi se propuso lanzar baterías domésticas igualmente, en un cruce natural con el sector energético. Y es que este es uno de los puntos clave para la inversión en baterías. La industria de la automoción no solo tiene ante sí un reto para mantener su posición mundial. También tiene la oportunidad de entrar en el sector energético , que también cambia a marchas forzadas.

El almacenamiento de las renovables

Renault ya ha probado a construir acumuladores gigantes con las baterías usadas de sus coches eléctricos. Una muestra de cómo la automoción conecta con la industria energética. Y es que las renovables, solar y eólica, necesitarán de acumuladores para garantizar la estabilidad de la oferta eléctrica.

Los especialistas suelen coincidir en que solar y eólica son complementarias. Una produce más energía en las horas diurna y la otra durante la noche, cuando el viento es más vivo generalmente. Sin embargo, esto no es exacto. Para los vacíos en los que alguna de las dos energías no produzca los suficiente habrá que introducir en la red energía acumulada. Y de momento son las baterías de ion litio las destinadas a hacer este trabajo.

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