El encendido del 5G ha establecido las bases sobre las que se asentarán todas las mejoras de velocidad, latencia y nuevas capacidades, que llegarán a lo largo de los próximos años.
A lo largo de la historia hemos visto cómo todos los desarrollos tecnológicos se han realizado de forma gradual, paso a paso, hasta conseguir los objetivos perseguidos. Y ahora, el salto tecnológico a la hiperconectividad no es diferente.
El encendido del 5G ha establecido las bases sobre las que se asentarán todas las mejoras de velocidad, latencia y nuevas capacidades, que llegarán a la industria y a la sociedad en diferentes etapas y con objetivos particulares en cada fase a lo largo de los próximos años.
Para poder desplegar el 100% de las capacidades que nos ofrecerá el 5G es necesario, tener en cuenta muchos desafíos y no sólo técnicos. Entre otras cosas, tener en consideración que actualmente parte del espectro de radiofrecuencia existente, que serían las vías por las que encarrilamos la conectividad, se encuentra, en algunos puntos, congestionado. Se hace imprescindible entonces, la licitación de nuevo espectro al que poder optar las empresas de telecomunicaciones y utilizarlo para la tecnología 5G.
De esta manera nos encontramos con dos claves para el desarrollo de la tecnología 5G más allá de los desafíos técnicos de despliegue de red y del coste de estos despliegues: el espectro y la cobertura.
Más allá de los desafíos técnicos
Para ofrecer servicios de 5G se puede usar espectro en las gamas de espectro bajo (por debajo de 1 GHz), medio (1 GHz-7 GHz) y alto (+24 GHz). Es decir, se movería en rangos de frecuencias: FR1 (410 MHz-7,2 GHz) y FR2 (24.25 GHz-52.6 GHz).
En el caso de España, por ejemplo, aunque ya está disponible la banda 3.5GHz por la que podrían discurrir servicios avanzados de 5G, se está pendiente de la subasta de la banda de los 700 MHz utilizada hasta ahora por la TDT para poder desplegar en ella las futuras redes de telecomunicaciones 5G y hacerlas llegar al mayor número posible de entornos. Con la banda 3.5GHz obtenemos menor penetración, pero nos permite implementar todas las mejoras del 5G dotando de mucha más capacidad a nuestras redes.
La banda en los 700 MHz, que ayudará a extender la cobertura 5G más rápidamente y mejorará la cobertura en interiores, no estará disponible hasta el primer trimestre de 2021 tras el retraso sufrido por la crisis de COVID-19.
Por otro lado, la banda de ondas milimétricas (mmWave) ayudará a obtener velocidades en torno a los 20 Gbps gracias al mayor espectro disponible en los 26 GHz, pero aún no tiene fecha para ser adjudicada. Dichas bandas están especialmente indicadas para comunicaciones de mucho ancho de banda, pero de corto rango, dado que la cobertura que es posible ofrecer con las mismas es bastante limitada.
Continuamos el viaje
Como no hay tiempo que perder, ya que la demanda de nuevos y mejores servicios de conectividad nos arrastran a desarrollar, en cada vez menos tiempo, las tecnologías necesarias para soportarlos, la industria ha buscado la manera de continuar evolucionando la tecnología hasta conseguir un 5G al 100%.
¿Y cómo se está haciendo? La industria ha encontrado la manera de aprovechar las infraestructuras existentes y usar el espectro, hasta ahora destinado a 4G para 5G, evitando así, dedicar espectro en exclusiva a la nueva tecnología. Y es ahí donde entra en juego la tecnología DSS (Dynamic Spectrum Sharing).
Una de las principales ventajas de DSS es que permite un uso dinámico del espectro entre tecnologías 4G y 5G, de forma que, según se vaya incrementando paulatinamente la penetración de terminales 5G, DSS permitirá de forma dinámica ir incrementando el uso del espectro para tecnologías 5G.
Los despliegues que actualmente se están realizando son en base a 5G NSA (Non Stand Alone), es decir, sobre un núcleo de red compartido entre 4G y 5G, pero irán evolucionando a lo largo del tiempo a 5G SA (Stand Alone), en el que se dispone de un núcleo de red específico para 5G.
El habilitar ahora la tecnología DSS sobre bandas FDD 4G actuales se presenta como un primer paso hacia el despliegue de 5G SA con el que se conseguirían zonas más amplias de cobertura y las capacidades, velocidad y baja latencia que promete el 5G.
Primera estación
La industria de las telecomunicaciones está en la primera parada de un largo viaje.
Un largo camino en que tendremos que seguir innovando y trabajando durante años, hasta que tanto el espectro, cobertura, infraestructuras, tecnologías, dispositivos y sociedad estén preparados y podamos afirmar rotundamente que todo el potencial de capacidades de 5G está desplegado y está implementado en diferentes verticales de la industria.
Mientras tanto, el soporte de tecnologías como el DSS nos ayudará a aprovechar las infraestructuras y condiciones con las que contamos en la actualidad para conseguir lo que se denomina como el embrión del futuro 5G: el 5G NSA.