Privacidad y redes sociales: ¿como el agua y el aceite?

Con la llegada de Internet y la explosión de las redes sociales entre los usuarios, una preocupación que crece exponencialmente es nuestra cautela respecto a la privacidad de nuestros datos a nivel online. La propia Constitución reconoce como derechos fundamentales el honor, la intimidad o la privacidad íntima y familiar. Con este objetivo se desarrolló en 1999 la Ley Orgánica de Protección de Datos.

El director de la Agencia Española de Protección de Datos (AEPD) destacaba hace unas semanas que «esta contribuye a generar confianza en las nuevas tecnologías«. También el presidente de la Asociación Profesional Española de Privacidad opinaba en un sentido parecido, al reclamar que «garantizar el control real sobre nuestra información tendría que ser algo más que una exigencia jurídica, ya que se aseguraría la credibilidad, respetabilidad y confianza en los proveedores de servicios online».

En la nueva era en la que vivimos, los datos son considerados como «el oro de la economía digital«, en palabras de la propia Neelie Kroes, vicepresidenta de la Comisión Europea. Al mismo tiempo, los usuarios, generadores de contenidos en Internet, la materia prima de la red, son cada vez más conscientes de la capital importancia de proteger su información personal y hacer garantizar a las nuevas compañías de servicios online la seguridad y mantenimiento de su privacidad.

Con este objetivo, algunas empresas como Mozilla se han puesto a la cabeza de la protección de los datos personales de los usuarios. Esta compañía de open-source, considerada como una de las veinte empresas más seguras en materia de privacidad de datos, ha implementado con este objetivo políticas como los modelos de navegación privada, la configuración personalizada de historial y la posibilidad de desactivar la opción de rastreo. 

La privacidad en las redes sociales

La protección de nuestros datos comienza a ser uno de los principales quebraderos de cabeza de los internautas, máxime cuando comparten contenidos en las principales redes sociales. ¿A dónde va toda la información que subimos a la red: nuestras fotos, nuestros estados y comentarios? ¿Quedan registrados en algún sitio?

Este problema se ve agravado en el caso de los menores de edad, ya que en muchas ocasiones se comparte este tipo de información con toda la inocencia y buena fe, sin tener en cuenta el impacto que podría tener que ciberdelincuentes usurparan nuestra identidad online.

En Facebook, por ejemplo, es posible seleccionar qué información compartimos, y sobre todo, con quién. Sin embargo, los datos generales de nuestro perfil (nombre y apellidos, sexo y redes a las que pertenecemos) suelen ser accesibles a todo el público, a no ser que restrinjamos los criterios por los que otros usuarios pueden encontrarnos.

Otra de las herramientas que utiliza esta red es la posibilidad de desetiquetarnos de imágenes de otros, y controlar la privacidad que cedemos a aplicaciones y sitios web asociados a Facebook. Sin embargo, la utilización de los clásicos «Me gusta» puede dar más información de la que en realidad pensamos. Según un estudio publicado en la prestigiosa revista PNAS, podían asociarse elementos clave de nuestra personalidad con nuestros gustos en esta red social, lo que permitiría un «rastreo» bastante sencillo de nuestros datos privados.

Like500

Este control y preocupación por la privacidad fueron objetivos primordiales en el lanzamiento de Google+, en la que siempre se selecciona con quién se desea compartir la información que publicamos, dependiendo de los círculos que tengamos entre nuestros contactos (Familia, Amigos, Conocidos, Seguidores).

Por otra parte, Twitter es una red esencialmente pública, donde los tuits que compartimos suelen ser públicos para todos los usuarios (a no ser que utilicemos la opción de mantenerlos privados). Dependiendo de la utilización de esta red social, será preferible que vigilemos lo que compartimos para evitar el rastreo de nuestra identidad y rutina diaria.

Tuenti, por último, con quince millones de usuarios,la mayoría jóvenes, tiene entre sus objetivos garantizar la seguridad y privacidad de los datos. Para ello, cuenta con un sistema muy eficaz de eliminación de fotografías, etiquetas o perfiles que puedan hacer peligrar nuestra información personal, siempre y cuando notifiquemos a la red española nuestras dudas. A través de un convenio con las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado y diversas colaboraciones con otras entidades, Tuenti tiene como objetivo concienciar a sus usuarios de la utilización responsable de la red y a su vez ser garante de su privacidad.

Mejorar la protección de nuestros datos en Internet

Cada vez más conscientes de la necesidad de proteger la privacidad y el derecho a la intimidad de los usuarios, las Administraciones están tomando medidas en este sentido. En Estados Unidos, por ejemplo, la violación de estas garantías puede suponer multas de hasta 16.000 dólares por falta por día. La auditoría de estas compañías, en especial las que manejan información tan personal, es clave para asegurar que se respetan los derechos de los usuarios.

No basta únicamente con «leer y aceptar» las políticas de protección de nuestros datos personales en la red, ya que según un estudio de la consultora Siegel + Gale, menos de la mitad de los usuarios había entendido las normas sobre privacidad de Facebook y Google+.

También las nuevas tecnologías, paradójicamente, están realizando esfuerzos titánicos por garantizar la seguridad en la red. De esta forma se han desarrollado diversas aplicaciones que nos ayudan a mantener nuestra privacidad a buen recaudo. MyPermissions, por ejemplo, nos ayuda a controlar de manera estricta la información a la que acceden las redes sociales (tales como Facebook, Twitter, Google+, Flickr, Linkedin o Instagram, entre otras).

También existen otros sistemas, en forma de extensiones para Chrome, como son Privacy Palette o Privacy Fix, que ayudan a supervisar la información que compartimos mediante los permisos de privacidad. Entre otras tareas, este tipo de aplicaciones también pueden servir como herramienta para bloquear publicidad no deseada.

El desarrollo imparable de Internet y de las redes sociales ha conllevado una auténtica revolución en la forma de entender nuestras relaciones personales, trabajo o actividades sociales. Las grandes ventajas que nos dan las TIC no deberían verse minadas en ningún momento por los problemas de seguridad asociados. Garantizar la privacidad será clave para seguir contando con el beneplácito de los usuarios y de las Administraciones, y asistir a la llegada del futuro 2.0.

Imágenes | Flickr,  Denis Dervisevic

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