Con el propósito de encontrar energías limpias y fomentar la sostenibilidad, en ocasiones topamos con descubrimientos curiosos que, de llevarse a la práctica, supondrán un gran cambio en la manera en que generamos electricidad. Es lo que ocurre con DEEC-Tec, una tecnología basada en las vibraciones. Vibraciones que pueden venir de nuestra ropa, de las corrientes marinas, de las ondulaciones de los edificios de gran altura o incluso del movimiento de los vehículos.
En realidad, la gran mayoría de fuentes de energía vienen del movimiento. Es decir, emplean energía mecánica. Tanto la energía eólica como la hidráulica, la nuclear o la térmica (en sus muchas variantes contaminantes o sostenibles) consisten en generar energía a partir de movimiento mecánico. La diferencia entre unas y otras fuentes es qué crea ese movimiento: viento, agua, vapor de agua…
Pero la idea detrás de DEEC-Tec, una tecnología que, en principio, ya está patentada, es que aprovecha las vibraciones que se producen en infinidad de objetos y situaciones cotidianas. De manera que aplicado a pequeña escala o a gran escala, permitiría generar electricidad a partir de energías limpias en cualquier lugar para diferentes usos. Pero vayamos por partes.
Convirtiendo vibraciones y oscilaciones en electricidad
Bajo el nombre DEEC-Tec se esconde distributed embedded energy converter technologies, que podemos traducir como tecnologías integradas de convertidores de energía distribuida. En la práctica, se trata de convertir fuentes de energía que encontramos en nuestro día a día y que consisten en cambios de forma o movimientos físicos.
Detrás de esta tecnología se encuentra el Laboratorio Nacional de Energías Renovables, por sus siglas en inglés NREL (National Renewable Energy Laboratory). Un laboratorio con tres centros de investigación, 16 programas activos, más de 2.000 publicaciones científicas y más de 3.000 empleados. Y que forma parte del Departamento de Energía de Estados Unidos.
Tras esta carta de presentación, conviene aclarar que estas tecnologías de aprovechamiento de energía limpia de vibraciones u oscilaciones está en una fase muy temprana. Pero que hablemos de ello ya es un primer gran logro. Primero la van a probar aplicándola a las corrientes marinas, bajo el mar, y a las olas del mar, en la superficie. Para ello han teorizado tres dispositivos que llaman flexWECs y que se adaptan a la fuente de energía que quieren aprovechar.
Así, para esta primera fase práctica del proyecto, se van a emplear tres flexWECs de pequeñas dimensiones para monitorizarlos y comprobar cuánta cantidad de electricidad son capaces de generar a pequeña escala. Y, a partir de ahí, poner en práctica esta tecnología en otros campos con distintas fuentes de energía limpia. Por cierto, el nombre de flexWEC viene de flexible ocean wave energy converter. Es decir, convertidor flexible de energía de las olas oceánicas.
La simplicidad detrás de DEEC-Tec
Tal y como explican sus propios creadores, “los convertidores de energía individuales son simplemente transductores muy pequeños, que utilizan la deformación estructural dinámica como entrada y la electricidad, por ejemplo, como salida. Estos transductores pueden aprovechar cualquier técnica capaz de amortiguar o accionar el movimiento dentro de una estructura DEEC-Tec”.
Esto tiene varias implicaciones. Por un lado, simplifica la fabricación de estos dispositivos capturadores de electricidad a partir de energías limpias. A su vez, reduce su desgaste, ya que no incluye elementos mecánicos o móviles como generadores, pistones o turbinas. Y, en tercer lugar, se puede colocar en cualquier parte. En el caso que nos ocupa, no importa en qué mar u oceano se coloque, ya que no se ve afectado por las condiciones climatológicas.
Más bondades del proyecto. Se puede fabricar con todo tipo de materiales, por lo que no dependería de minerales escasos o de materias con fuerte demanda como ocurre con las baterías eléctricas o con la fabricación de paneles solares. Y, finalmente, cada dispositivo capturador de energía es independiente, por lo que el mantenimiento no afectaría al resto de dispositivos en una futura red.
Un futuro prometedor para las energías limpias
Como suele ocurrir con la mayoría de descubrimientos e hitos científicos y tecnológicos, hay que ser precavidos. Las tecnologías bautizadas como DEEC-Tec todavía están en una fase temprana. Están patentadas y ya se encuentran en un primer paso en forma de pruebas teóricas y prácticas aplicadas a la fuerza del mar y de los océanos.
Tal y como explican sus responsables, los principales retos consisten en diseñar adecuadamente los dispositivos que se encargarán de convertir vibraciones u oscilaciones en electricidad. Y cumpliendo varios requisitos nada fáciles: reducir el desgaste al máximo y que la eficiencia de conversión merezca la pena.
Con todo, el equipo que trabaja en estas tecnologías para aprovechar energías limpias es optimista. Sin un calendario en mente, por el momento, podemos fantasear con la idea de que estas tecnologías puedan extenderse a muchos ámbitos de nuestra vida diaria y así cargar dispositivos como relojes o pulseras inteligentes mientras nos movemos y los llevamos puestos, cargar la batería de nuestro automóvil, de otros vehículos de transporte eléctrico o de la propia carretera aprovechando su propio movimiento y un largo etcétera de aplicaciones prácticas basadas en una premisa relativamente sencilla.