Cada vez que comienzo a escribir sobre este tema de las chicas y el mundo STEAM (Ciencia, Tecnología, Ingeniería, Artes y Matemáticas, por sus siglas en inglés), me siento asaltada por mil dudas. La relación de las niñas y las jóvenes con el mundo científico y tecnológico es un tema de mucha actualidad, y se ha introducido incluso en las agendas políticas y el debate social. Y me doy cuenta de que a veces se tiende a generalizar los discursos, y se puede caer fácilmente en argumentos simplistas o extremos.
Esto, en mi opinión, no consigue más que alejar el problema de sus posibles soluciones. La brecha de género en el mundo tecnológico es un tema complejo, con muchas vertientes humanas y sociales. Y, por lo tanto, es poco dado a ser debatido desde perspectivas ideológicas, o trufado por definiciones y conceptos ‘a la moda’.
Por ejemplo, está el tema de la edad. No es lo mismo la brecha de género en las niñas que en la universidad. O luego en el mundo profesional. Son facetas de un mismo problema, sí. Unas se alimentan de las otras, y comparten raíces y causas. Pero son problemáticas distintas, con componentes sociales y psicológicos distintos, y, por lo tanto, deben ser debatidos de acuerdo a sus propios contextos para contribuir a la sostenibilidad.
Iguales y diferentes
Por mi experiencia de trabajo, puedo hablar con más conocimiento de las niñas y las jóvenes. Es el ámbito en el que más me he centrado durante años, con talleres, cursos, campus, charlas… Y tengo de decir que siempre, siempre, ellas llegan a las actividades con la misma ilusión e interés que cualquier chico.
¿Estoy diciendo con esto que son iguales? Claro que no. Al contrario, todos son distintos. Los chicos de las chicas, pero también ellos entre sí, y ellas entre sí. Uno de los ‘superpoderes’ que hay que desarrollar en este trabajo es el de identificar pronto las capacidades de cada cual para cuando llegue el momento de formar los equipos, que es la forma habitual de acometer proyectos y retos. A algunos/as les gusta más la programación, por ejemplo, y a otros/as, construir. Los hay buenos/as para diseñar los robots que participen en una competencia, pero luego son otros/as los mejores soportando la presión del momento de la competición…
Pero una cosa es cierta: al principio, hasta el comienzo de la preadolescencia, no existe en ellos ese concepto de que el mundo STEAM es ‘cosa de chicos’.
Mi experiencia en el mundo STEAM
Es luego, a partir de unas edades (pongamos los diez años), cuando comienzan a aparecer menos niñas en los talleres y cursos. Noto que empiezan a manifestarse en ellas los primeros prejuicios con respecto a este mundo de la tecnología. No es que se produzca una desproporción catastrófica. Sigue habiendo niñas en los talleres y cursos, y se implican de forma natural en los proyectos y materias. Pero algo comienza a cambiar.
¿Qué se puede hacer para ‘enganchar’ a las niñas de estas edades al mundo STEAM? En varios estudios se ha desvelado una de las claves, y lo cierto es que a mí me ha funcionado en mis años de experiencia: las chicas se implican más cuando les planteas un reto tecnológico social. Que resuelva un problema de su entorno. De alguna forma, es más atractivo para ellas.
En los talleres, si digo simplemente que vamos a construir un robot, enseguida captó el interés de los chicos, sobre todo. Ellas participan, sí, pero de forma casi automática. No obstante, si digo que vamos a hacer un robot que servirá para mejorar algún factor en la vida de las personas mayores, por ejemplo, rápidamente noto que se activa el interés en las chicas (este es un caso real que he vivido en mis clases).
Los estereotipos, prejuicios y factores culturales existentes tienden a mantener el concepto de que lo tecnológico es algo esencialmente masculino. Es una idea enraizada en la sociedad, y nos rebelamos contra eso, claro, afirmando, simplemente, que debemos trabajar más para atraer a las chicas a este mundo. Pero tal vez este argumento, en sí mismo, es sólo acción-reacción. Tal vez el problema es más sutil. ¿Y si, dando la vuelta al razonamiento, debamos plantearnos acercar la tecnología a las chicas, a su visión?
Capacidad transformadora
¿Por qué no? Tal vez debemos comenzar a debatir sobre la misma naturaleza de este mundo tecnológico, tan permeado por esa mirada masculina que lo ha esculpido durante siglos. La incorporación de las chicas no se debe producir (solo) por su igualdad de capacidades. Su verdadero potencial consiste en el aporte de su propia visión del mundo.
Debemos atraer a las chicas al mundo STEAM no por lo que tienen de iguales a los chicos; sino, precisamente, porque somos, también, diferentes. De otra forma, en mi opinión, se negaría de entrada a las chicas lo más importante que tiene la tecnología para el ser humano: su capacidad transformadora en tanto que chicas.
Al implicarlas en proyectos de este tipo, las ayudamos a darse cuenta, en la práctica, de su propia capacidad creativa. Se debe trabajar en el cambio de las representaciones que tienen de la tecnología, la ingeniería y la computación, en la propia percepción de lo que ellas pueden aportar. Estamos hablando de revertir unas tendencias históricas muy arraigadas en nuestras sociedades. Y, por lo tanto, el trabajo que tenemos por delante es enorme.
Imagen de cabecera de Envato.
