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El hombre inmune al veneno de las serpientes: ¿más cerca de una cura universal?

Imagina haberte convertido en tu propio antídoto. O dicho de otra manera, ser una vacuna humana. El estadounidense Tim Friede es un amante de las serpientes y lleva años dejándose morder por estos reptiles e inyectándose su veneno hasta el punto de haber conseguido inmunidad.

Según la OMS, entre 38.000 y 138.000 personas mueren cada año por envenenamiento de serpientes y unas 400.000 sufren alguna discapacidad consecuente. Anualmente, son cinco millones las personas mordidas por este animal. Por los momentos, los antídotos son distintos dependiendo de la especie y por ello, la sangre de Fried está siendo analizada por un grupo de científicos para buscar una cura al veneno de todas las especies.

Tim, una vacuna humana

«Nunca lo hice por ser una estrella de Youtube», explica Friede a Associated Press, pues en esta plataforma acumula cientos de miles de visitas. «Lo hice por la ciencia. Tras un año de mordidas, no moría y entonces, decidí ponerme en contacto con científicos», dice Tim.

A lo largo de casi 20 años, Tim se ha dejado morder al menos 200 veces por ofidios. Coleccionaba estos animales como mascotas cuando era joven y empezó a envenenarse voluntariamente extrayendo el veneno, diluyéndolo e inyectándolo, según explicó a National Geopraphic.

Estuvo cerca de morir al morderle al picarle dos cobras en una hora. Esto lo mandó directo al hospital donde estuvo cuatro días en coma. Y en lugar de desistir, se empeñó en perfeccionar su técnica, por llamarlo de alguna manera. Junto las 200 mordidas, se suman unas 500 dosis administradas con agujas hipodérmicas.

Taipanes costeros, cobras de agua, cobras egipcias, crótalos diamante o la serpientes de cascabel de Mojave son algunas de las especies cuyos venenos Tim Friede ha introducido en su cuerpo. Sin olvidar la temida Mamba Negra, originaria de África, cuyo veneno ataca al sistema nervioso. El antídoto debe suministrarse de inmediatamente pues, en algunos casos, puede ser muy tarde en tan solo 20 minutos.

black mamba serpiente culebra
Mamba negra

Interés científico 

Alrededor de 700 especies de serpientes son venenosas (pero no todas letales) y y solemos creer que descargan su veneno por defensa propia (que también), pero principalmente lo hacen para neutralizar a sus presas pues pocos venenos son dolorosos inmediatamente.

El veneno de las serpientes suele ser mezclas de toxinas y varía según la especie. Se debe a un mecanismo biológico, son distintos para adaptarse al entorno y garantizar su supervivencia. Por tanto, los sueros curativos se generan ad hoc y por eso la sangre de Friede es tan valiosa, pues podría derivar en un antídoto universal.

Un cóctel esperanzador

El pasado 12 de junio, se publicó en la revista científica Cell un método para desarrollar un antídoto contra el veneno de las serpientes a partir de la sangre de «un donante con amplia exposición al veneno de serpientes», o sea, el valiente (o masoquista) Tim Friede.

Como explica uno de los investigadores, el Dr. Peter Wong de la Universidad de Columbia, a Associated Press: «Buscamos el mismo nivel de protección de Tim, sin someter a 18 años de inmunización. Aislamos los mejores anticuerpos o combinamos pequeñas moléculas para crear un antídoto partir del increíble cóctel de Tim«.

Dicho y hecho. Seleccionaron los anticuerpos de Friede que reaccionaban con neurotoxinas encontradas en 19 especies de serpientes. Se probó con ratones, envenenándoles uno a uno para dar con el mínimo número de componentes necesarios para neutralizar el veneno.

Lograron crear un cóctel de tres agentes, dos anticuerpos y una droga llamada varespladip, que bloqueó el veneno de 13 especies de las categorías 1 y 2 de la OMS, o sea, los dos grupos de serpientes más tóxicos. Los otros seis hicieron un efecto parcial al veneno.

¿Y ahora qué?

No se puede cantar victoria, pero la sangre de Tim Friede es un gran hilo por el cual tirar. Los científicos del estudio aspiran a probar su eficacia, primero con perros mordidos en Australia, y ampliar el antídoto a otra familia de serpientes no presentes en el estudio: las víboras. Y ya el ideal sería, por supuesto, un antídoto universal o al menos, uno para la familia de los elápidos y otro para la de las víboras.

Los investigadores son prudentes y explican que queda mucha investigación por delante para poder probar en personas. Aunque, algo que sí se puede afirmar con radicalidad es el «no intentar esto en casa», que lo alerta el propio Tim Friede.


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