Apple se sube al carro de la inteligencia artificial. Una decisión inevitable, si tenemos en cuenta que Microsoft, Meta y Google ya cuentan con sus propios modelos de inteligencia artificial. Y, para diferenciarse de la competencia, Apple sigue su línea de pensar en la privacidad del usuario. En el campo de la inteligencia artificial, la IA de Apple emplea Private Cloud Compute, una manera de aprovechar todas las posibilidades que ofrece la IA generativa sin comprometer tus datos.
Hasta otoño no podremos probar las bondades de Apple Intelligence, el modelo de IA de Apple. Y, al principio, solo admitirá peticiones en inglés de Estados Unidos. Pero el próximo año se abrirá a nuevos países e idiomas. Pero mientras llega el momento, ya sabemos algunas cosas de su funcionamiento y de algunas particularidades. Como que priorizará el procesamiento de peticiones y tareas en el dispositivo. Ya sea iPhone, iPad o Mac. Y cuando tenga que realizar tareas en los servidores de Apple, la privacidad correrá a cargo de Private Cloud Compute.
Private Cloud Compute se puede resumir en tres principios. Los datos del usuario no se almacenan nunca. Esos datos solo se emplearán para tus peticiones a Apple Intelligence. Y, finalmente, las promesas de privacidad de Apple serán verificables. Veamos en qué consisten estas tres afirmaciones.
Para qué sirve Private Cloud Compute
En el blog de seguridad de Apple, definen Private Cloud Compute como “un innovador sistema de inteligencia en la nube diseñado específicamente para el procesamiento privado de IA”. El objetivo último es que la información que compartas con Apple Intelligence no sea accesible por nadie más que tú. Ni siquiera Apple tendrá acceso. Precisamente, esta es una de las cuestiones que suelen surgir cuando hablamos de los modelos de inteligencia artificial actuales. ¿Hasta qué punto es seguro compartir documentos, datos personales o información sensible con una IA que opera en servidores a kilómetros de distancia?
En realidad, el debate es similar al que se produce con servicios de almacenamiento en la nube o con aplicaciones que funcionan online. En este contexto, resulta de vital importancia que los responsables de estos servicios y aplicaciones empleen sistemas de seguridad y privacidad como el cifrado de las conexiones, el cifrado de los datos y documentos que compartimos o almacenamos en sus servidores. Y, finalmente, que toda esa información sea accesible solo por nosotros. A prueba de terceros o de los propios responsables del servicio.
Así, Apple prioriza que su inteligencia artificial funcione en modo local. En concreto, en modelos de iPad y Mac con procesadores M1 o superiores y en iPhone 15 Pro y Pro Max. Y en el resto de dispositivos, o cuando las tareas solicitadas sean demasiado complejas y requieran de un procesamiento de datos más potente, Apple a disposición del usuario su red de servidores, que también emplean procesadores Apple Silicon (M1, M2, M3 en adelante). Y ahí es donde se pone en marcha la labor de Private Cloud Compute.
La nueva arquitectura para IA de Apple, por dentro
Tal y como explican sus responsables, las claves de Private Cloud Compute son:
- Procesar los datos facilitados por el usuario sin almacenarlos ni compartirlos con nadie
- Garantías aplicables: las medidas de seguridad deben ser analizables y accesibles
- Impedir el acceso privilegiado en tiempo de ejecución, lo que permitiría saltarse la seguridad
- Impedir la segmentabilidad, es decir, que un ataque a un usuario o dispositivo concreto no compromete la seguridad del resto de la red de dispositivos o usuarios
- Transparencia verificable: los expertos en seguridad deben poder verificar las garantías de privacidad y seguridad de Private Cloud Compute
Para aplicar estas claves, Private Cloud Compute emplea medidas de seguridad que ya funcionan en dispositivos de Apple, como Secure Enclave o Secure Boot. El primero “está aislado del procesador principal para ofrecer una capa adicional de seguridad y está diseñado para mantener la seguridad de los datos sensibles del usuario, aunque el kernel del procesador de aplicaciones se vea comprometido”.
El segundo hace que el arranque de un iPhone o iPad sea más seguro. “Todos los pasos del proceso de arranque contienen componentes firmados criptográficamente por Apple para permitir la comprobación de integridad de forma que el arranque continúe únicamente después de haber verificado la cadena de confianza”.
A estas medidas de seguridad se les suman otras como el sandboxing o Code Signing. También han eliminado componentes como las consolas remotas y otras herramientas que facilitan el acceso indeseado al centro de datos. Y, por último, han adaptado hardware y software para hacer funcionar su propio modelo de lenguaje grande potenciado mediante machine learning creado con Swift on Server. Es decir, el lenguaje de programación de Apple adaptado a servidores.
En definitiva, Apple une las ventajas de la inteligencia artificial, en local o en la nube, haciéndolas compatibles con la seguridad y privacidad que requieren el uso de datos e información sensible que manejamos en nuestras aplicaciones y dispositivos.