El servicio AWS Ground Station de Amazon permitirá el alquiler flexible de las estaciones base de la compañía para operar satélites en órbita.
El modelo de negocio de pago por uso ha transformado la entrega y la utilización de servicios informáticos. Y en este ámbito, Amazon ha sido uno de los pioneros. Su concepción moderna de ofrecer infraestructura como servicio y, después, PaaS (platform as a service), ha liderado el sector del cloud computing.
Estos servicios se derivaban de las necesidades que la propia Amazon experimentaba a medida que crecía. Al buscar soluciones que se traducían en buenos resultados, optó por escalar estas soluciones para venderlas. El sistema ya estaba montado para las operaciones de su plataforma de comercio electrónico, lo único que había que hacer era generar más recursos para terceros. Así, AWS se ha convertido en un negocio de 17.460 millones de dólares, según su facturación de 2017.
Ahora, Amazon quiere reproducir el mismo modelo con AWS Ground Station. Presentado recientemente, este producto, que se integra en la oferta de AWS, es una apuesta firme de la compañía. El nuevo servicio permitirá a compañías que tienen satélites en órbita alquilar de forma flexible estaciones base para enviar y recibir datos desde el espacio.
La idea detrás de este negocio es que cada vez más compañías, como SpaceX o la propia Blue Origin (fundada por Jeff Bezos), lanzarán satélites al espacio. Este ámbito se abre ahora a muchas más empresas de las que antes podían acceder. Y es que, hasta el momento, solo las grandes tenían la capacidad económica de poner en órbita un satélite.
Los costes de tener en órbita un satélite no solo consisten en alquilar espacio en un cohete que los envíe a girar en torno a la Tierra. También se necesitaba contar con una estación base para recibir información y enviarla. Construir una estación de este tipo, que era lo que normalmente se hacía, requiere de una inversión de varios millones de dólares. Aquellas empresas que no tienen capital para hacerlo normalmente alquilan espacio en otras estaciones base. Esto se lleva a cabo bajo un contrato de larga duración, con unos términos bastante rígidos.
El abaratamiento de la operación de satélites
Ambos procesos se han abaratado. El lanzamiento de satélites tiene costes menores ahora debido a las empresas privadas. Algunas de ellas presentan precios realmente económicos. El caso más extremo puede ser el de la compañía neozelandesa Rocket Lab. Su propuesta es el envío de satélites menudos –con una masa inferior a 1,33 kg– por 77.000 dólares.
AWS Ground Station representa el abaratamiento de costes en el siguiente plano, el de la operación del satélite. Las empresas que contraten el servicio podrán alquilar la capacidad que necesiten. Incluso podrán reservarla y pagarla por adelantado, lo que resultará más económico. Por el momento Amazon ofrecerá dos estaciones base, pero prevé tener en funcionamiento una docena a mediados de 2019.
Imágenes: NASA, Christian Frausto Bernal