auroras boreales

Así nacen las auroras boreales

Este fenómeno, que en algunos lugares también se conoce como luces del norte, conforma una obra de arte natural que suele aparecer entre el otoño y el invierno gracias al paso de partículas subatómicas entre diferentes capas de la atmósfera.

Electrones y protones moviéndose a gran velocidad entre capas de la atmósfera. Radiación ultravioleta proveniente del Sol. La magnetosfera y la ionosfera involucradas… Pese a parecer una secuencia de Los 4 Fantásticos, esta unión de diversos elementos sobre la Tierra da como resultado la creación de las auroras boreales.

Durante su época, que suele ir desde septiembre hasta marzo, aproximadamente, este fenómeno luminiscente provoca en el cielo destellos de luz de una gran belleza estética. Para poder verlas hay que desplazarse a los lugares cercanos al Círculo Polar Ártico. Zonas de Noruega, Suecia, Finlandia, Islandia o Canadá que se convierten en destinos turísticos obligados para todos los amantes del frío y la naturaleza (si quieres conocer en profundidad alguno de estos sitios, aquí tienes más información).

auroras boreales
Aurora boreal

¿Cómo se producen?

Las auroras boreales son una consecuencia directa de una concatenación de procesos naturales que comienzan en el Sol y finalizan en algunas de las capas de la atmósfera terrestre. El punto de partida del viaje es nuestra estrella. Aquí se produce la llamada radiación solar, que lanza violentamente contra la Tierra una masa bastante considerable de electrones. Después, este viento solar choca con la magnetosfera (donde se encuentra el campo magnético dentro de la atmósfera). Cuando se produce esta colisión, el propio campo magnético se contrae, acumulando toda la energía recibida. Después de esta contracción electromagnética la magnetosfera vuelve a su posición inicial y libera a toda velocidad esta energía compuesta de electrones y protones que contenía. Estas partículas golpean contra la ionosfera (capa elevada de la atmósfera), lo que genera destellos de luz (verde, azul o rojo) que conocemos como auroras boreales.

Los científicos han conseguido descifrarlas y entender su funcionamiento, pero aún las consideran impredecibles porque por ahora no se pueden anticipar. Es un hecho que sucede como un antojo relativo de la naturaleza y, por lo tanto, la única manera de divisarlas es gracias a la casualidad.

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