El ingeniero Trevor Jackson crea una batería capaz de ofrecer una autonomía de 2.400 kilómetros a un coche.
El de Trevor Jackson no ha sido un golpe de suerte. Este ingeniero británico, veterano de la Royal Navy, ha firmado un contrato multimillonario para empezar a fabricar su invento a gran escala. Pero detrás hay un trabajo intenso y un ingenio particular para darle la vuelta al estado normal de las cosas.
Trevor Jackson ha pasado 20 años investigando soluciones alternativas para propulsar motores. Hace una década desarrolló un prototipo de batería como la que ahora está a punto de comercializar. Lo hizo con su compañía Metalelectrique, pero encontró muchas trabas para sacar al mercado su producto.
Ha sido ahora, cuando la tecnología ha sido validad por dos universidades francesas y descrita como "muy atractiva" por la agencia gubernamental británica UK Trade and Investment, cuando su invento entrará en los círculos comerciales. Este último organismo dijo que trabajaba con una tecnología sólidamente establecida y que produce mucha más energía por kilogramo que las soluciones en los vehículos eléctricos habituales.
La batería en cuestión se basa en la tecnología de aluminio-aire. Su modelo se compara mejor con una pila de combustible, como las de hidrógeno, que con una batería típica de ion-litio. En 2001 Jackson empezó a investigar el potencial de esta tecnología, que viene de los años 60. En aquella época se descubrió que si se sumergía aluminio en una solución química, electrolito, se provocaba una reacción entre el metal y el aire. Esto producía electricidad, pero el método no era viable.
Los motivos se debían a que el electrolito era altamente venenoso y cáustico. A esto se le sumaba otro problema: la reacción solo funcionaba si el aluminio era totalmente puro, lo que resultaba muy caro. Se abandonó esta línea de investigación.
Pero Trevor Jackson la retomó hace unos años y desarrolló una nueva fórmula para el electrolito. Consiguió que dejara de ser venenoso y cáustico. Y no solo eso. Su aluminio no necesita ser tan puro. De hecho, es posible crear el sistema con material procedente de latas recicladas. La fórmula, por supuesto, es secreta y clave para su empresa.
Una alternativa más para acumular energía
El contrato que Jackson ha firmado con Austin Electric le dará tranquilidad durante un tiempo y capital para seguir con el desarrollo de su tecnología. Esta compañía fabricará miles de baterías con la fórmula de Jackson para acoplarlas a vehículos eléctricos el próximo año.
Las baterías de Jackson también se introducirán en coches convencionales para convertirlos en híbridos. Sus conductores decidirán cuándo usar la gasolina o el diésel, y cuándo, el sistema de aluminio-aire. Podría ser una alternativa más frente a las baterías de ion-litio o el hidrógeno.